Opinión

Electricidad cada día más cara

Con los problemas surgidos con la central nuclear de Lemoniz en el año 1984 se estableció lo que se conoce como “moratoria nuclear”, que vino acompañada del “olvido” de la perentoria necesidad de realizar un plan energético. Esto hasta el día de hoy, y los que vendrán, acarreó una subida continua de la energía eléctrica, sin contar los miles de millones de euros que las compañías eléctricas recibieron en subvenciones. Lo real es que tenemos, salvo Malta, la energía eléctrica más cara de la UE y la disminución de la competitividad que ello conlleva. 

La energía nuclear garantiza la eléctrica y no produce emisiones de efecto invernadero, haciéndonos más independientes de la energía de otros países. Cierto que con las centrales nucleares que ahora tenemos no damos para más, son antiguas y necesitamos la construcción de otras, como están haciendo otros países, que reducen el riesgo a casi cero. Recuerdo que desde 1960 nadie murió por una central nuclear, ni en Fukushima. Vuelvo a repetir que Chernobyl nunca fue una central nuclear y emitió isótopos radioactivos desde su inauguración.

Según el Organismo Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas (datos a enero de 2018), hay 58 unidades en construcción en países como China, India, Rusia, Corea del Sur, Finlandia y Francia. Finlandia, con solo cuatro reactores, obtiene el 33,7 % de su energía, y Francia, con 58 reactores, produce el 73 % de la energía. También el Reino Unido dio luz verde a la construcción de una nueva planta que aumente el 20,4 % de la energía producida por las 16 centrales nucleares que tiene. Todos con dos objetivos básicos: frenar las emisiones contaminantes y reducir la dependencia exterior. 

La esperanza es que aquí, y con los mismos objetivos y los ya citados de abaratar el coste energético y ganar competitividad para crear puestos de trabajo, se haga un plan energético como el de esos países, y sigamos lo dicho por Wade Allison, profesor emérito de Física y miembro del Keble College de la Universidad de Oxford: “Nuclear podría ser la mitad del precio por MWh. Eso significa la mitad del número de personas en la nómina, o el doble de la cantidad de centrales eléctricas. Necesitamos lo último”. Dejemos un mundo mejor a las próximas generaciones, ¡hagámoslo con la realidad!.

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