Opinión

Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?

Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia?, nos preguntamos los españoles, tanto los de un lado del “muro” simbólico -trazado en una intervención en el Congreso de los Diputados- como los del otro. Esta en juego la larga historia que tenemos, la democracia por la que hemos luchado. No me sirven las palabras que justifican esta situación; la mayoría no dicen nada y en ocasiones la frase siguiente contradice la anterior. Sería partidista si señalase a cualquiera de las partes del muro. La realidad es que hemos llegado hasta esta situación admitiendo que lo que dicen unos y otros recuerda las frases siguientes de Cicerón: Quam diu etiam furor iste tuus nos eludet?, quem ad finem sese effrenata iactabit audacia? (¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros? ¿Cuándo acabará esta desenfrenada osadía tuya?). Realmente es aplicable a la mayor parte de los políticos de todos los partidos cuando hablan en la tribuna de oradores o hacen declaraciones a los medios de comunicación.

Estoy convencido de que, como sucedió en Roma, saldremos fortalecidos y con una democracia en la que se respete la Constitución que nos hemos dado, la separación de poderes, por lo que hemos y seguimos luchando: la libertad y la igualdad. No es un convencimiento por ser un adivino, es que ya existen muchas voces que trabajan para que así sea. 

Desgraciadamente no es sólo en nuestra España donde sucede. A lo largo de los últimos años, la UE ha estado trabajando, consciente o inconscientemente, en que estemos en estas situaciones, lo que ha dado lugar a que por esas políticas seamos menos independientes de la energía, la comida, la tecnología entre lo más destacado. Sus consecuencias las estamos sufriendo, teniendo cada vez menos poder adquisitivo, perdiendo la influencia que teníamos, aunque en ocasiones dependíamos de EEUU. Lo último lo tenemos en las rebeliones de los agricultores por las exigencias cada vez más estrictas de la Política Agraria Común (PAC), llegando a no respetar la libre circulación de mercancías, uno de los pilares de la UE. 

Recuerda un poema de Celso Emilio Ferreiro, “Longa noite de pedra”, que termina: “Os corazós dos homes/ que ao lonxe espreitan,/ feitos están/ tamén/de pedra./ I eu, morrendo/ nesta longa noite/de pedra”.

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