Opinión

Todos mansos

ALBA FERNÁNDEZ
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JUEVES, 1 DE FEBRERO

La próxima semana, por fin, reanudamos nuestra tertulia. Quizás haya pasado el momento de las tertulias, pero en ellas se discute, se aprende y se toma la medida a este puñetero mundo.

Te cuento, hermano lector, de aquella tertulia de finales de los setenta. Todos los miércoles nos reuníamos en Manuela, un local del barrio de Malasaña. No faltaba nunca mi paisano poeta Antonino Nieto. Cierto, a veces se montaba un follón del carajo. Te digo de los tertulianos. El protagonista era Agustín García Calvo, quizás el mejor latinista del mundo. Ya le había conocido en Café de Flore, en París, donde a su tertulia acudían insumisos huidos del servicio militar, incluso algunos viejos republicanos que habían huido allá en el 39 recién acabada la guerra. Un grupo variopinto. Recuerdo que todo el mundo saqueaba a Agustín, siempre generoso.

Pero vayamos al Manuela. Hay que joderse, de vez en cuando aparecía por allí El Lute, el mítico Lute, nadie se evadió de las prisiones como él. Aprovechó el tiempo en las prisiones y se hizo abogado. Traía una carpeta, tomaba notas, hacía preguntas como uno más. Cuando le preguntábamos por sus peripecias, decía que aquella vida ya había concluido. “Lo cierto es que me dieron mucha leña en los cuartelillos de la guardia civil, sobre todo a finales de los cincuenta”. Había nacido en una barriada gitana. Andaba ocupado en hacer un diccionario del lenguaje cheli. Se reía: “¿Sabéis qué es la ‘pestañí’?” Nadie sabía. Se echaba a reír y decía: “Aún hoy me persigue en sueños y si voy por la calle de vez en cuando temo que me siga. La ‘pestañí’, amigos, son los maderos”.

Asiduos a la tertulia eran Hilario Camacho, Sánchez Dragó, el olvidado Moncho Alpuente, y Coll del dúo Tip y Coll. Acudían chicas, las progres de entonces, de jersey negro cuello de cisne y con frecuencia botas militares.

¡Ay!, no faltaba nunca Fernando Savater, entonces un gurú de nuestra generación. Cierto que sus libros están llenos de contradicciones. Sus columnas en El País han sido un aguijón. Pero hay que joderse, hace nada le mandaron un mensaje en el que dice: “Muchas gracias por el camino recorrido hasta aquí, mucha suerte y hasta siempre”. Él, que fue precisamente uno de los fundadores del diario. El escritor lamentó en una entrevista que su periódico “hubiera pasado de ser un diario progresista a…” El tema se extiende, ayer mismo Félix de Azúa, académico, catedrático de estética y poeta, se solidarizó con Fernando: “El diario está en manos extraordinariamente radicales, no entiendo cómo echan a mi amigo del club”.

(“Llamadme Eleuterio”, dijo el primer día que llegó. Estaba muy interesado en la cultura. Recuerdo aquel día en que habló de Tierno Galván: “Me acogió en su bufete, me trató como a un hijo y me sorprendió cuánto sabía del mundo marginal. Me ayudó mucho a integrarme”. Un día habló con pasión del viejo líder comunista Simón Sánchez Montero, preso político: “Un día me vio limpiar los pasillos muy amargado. Yo le dije que no sabía escribir y que me dolía que otra persona escribiera por mí las cartas a mi mujer. Me dio las primeras clases de gramática. Mira tú, después volvió a ser diputado por el PCE. Alguna vez me puso las manos sobre el hombro, su profecía no funcionó, ‘No te preocupes, pronto morirá el dictador y habrá amnistía general’). 

VIERNES, 2 DE FEBRERO

Pulse botón, la máquina piensa y medita por usted. Alucino, hermano, “el primer ser humano acaba de recibir un implante de Neuralink en el cerebro y se está recuperando bien”. Afirman que el objetivo de ese implante es leer la actividad cerebral, transmitir órdenes desde el pensamiento. Hay mucho secreto, la fábrica no da muchos detalles. Las profecías de Orwell y de Aldox Huxley se están cumpliendo meticulosamente. 

(Pero hablemos del implante cerebral, puedes abrir puertas, ventanas, conectarte a tu ordenador y buscar páginas, leer la actividad de tu cerebro. ¡Ay!, me inquieta, quizás puedan ya entrar en otros cerebros, invadirlos, llenarlos por ejemplo de información tóxica, manipularnos e incluso llenarnos de miedo para que seamos mansos ciudadanos).

ALBA FERNÁNDEZ
ALBA FERNÁNDEZ

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