Opinión

Baloncesto profesional por naturaleza

Nunca falla. El baloncesto es una mina de referentes en Ourense que se van encargando de pasar el relevo generación tras generación. Jugadores, jugadoras, entrenadores o árbitros. Ningún deporte se puede acercar a lo que genera la canasta en esta provincia. Ninguno tiene representantes en la élite con la naturalidad del “otro más”.

Hoy Sergio Scariolo dará la primera lista para el Mundial y es normal que en ella “caigan” uno o varios jugadores con pasado reciente en el COB. Que en el Mundial estén muchos jugadores que vayan a pasar por el Pazo la próxima temporada. Pero eso ya no es novedad.

El baloncesto es una mina de referentes en Ourense que se van encargando de pasar el relevo generación tras generación

En la selección femenina qué decir. Raquel Carrera y Paula Ginzo regresaron del Campeonato de Europa con la medalla de plata al cuello y apuntan a indiscutibles para unos cuantos años. El que viene, si no fallan en la criba anterior, como olímpicas en París 2024.

Ginzo empezó un poco antes y está asentada en la élite nacional. Acaba de fichar por el FC Barcelona. Carrera fue esta misma temporada la MVP de la final y campeona de liga con el Valencia Basket.

Y por detrás llegan las hermanas Sotelo. Lucía se marcha a la NCAA norteamericana con 18 años y ya ha debutado en la Liga Femenina. Inés juega hoy por una plaza en los cuartos del final del Europeo sub-18 con España. Juega en el Ensino, en cuyo cuerpo técnico está el ourensano Suso Garrido.

Otro ourensano que se suma al listado de internacionales en la selección española

En los banquillos Diego Ocampo es el referente. Ha entrenado en ACB a Murcia, Estudiantes, Joventut o Zaragoza y ahora lidera el proyecto del Burgos en la LEB Oro. En su plantilla otro “vecino”, el alero Rodri Seoane. Álex Mazaira, que también fue internacional con selección en varias categorías, lleva varias campañas asentado en la LEB Oro.

Y esta semana llegará un “bombazo” más. Otro ourensano que se suma al listado de internacionales en la selección española.

Todos y todas en el baloncesto profesional. Igual que Guillermo Ríos. Él es la parte menos visible de un deporte que lo tiene desde ya como escaparate del que hay que presumir y al que hay que promocionar. Hace ruido su ascenso a la ACB tras muchas temporadas sin alzar nunca la voz hasta llegar a la élite, estando entre los mejores en todas las categorías y ligas en la que ha arbitrado. Su parte es la más complicada, la que más cuesta destacar y la que ahora debe sacar pecho para muchos niños y niñas que juegan al baloncesto cambien el balón por el silbato o compaginen las dos opciones. Y conociéndolo, él será el primero que esté ahí para empujar a los que quieran imitarlo y cojan el relevo.

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