Opinión

Cuatro o cinco

Mirza Bulic le disipó cualquier duda. Son amigos y el jugador del Cantabria le dijo que la LEB Oro es la liga a la que tenía que venir. Él no lo sabía, pero estuvo cerca de tener oferta del COB hace dos meses. Sergio Pérez Anagnostou lo analizó al detalle para ser pieza fundamental en un juego interior para el que buscaba tiro y presencia física en el puesto de 4. Su compañero de equipo Obi Enechionyia fue imposible y Rocky Kreuser se fue a Alemania cuando ya estaba todo acordado en Ourense. Guillermo Arenas confíaba plenamente en Stojan Gjuroski tras haberlo “destapado” en Huesca y Fahrudin Manjgafic se quedó en una carpeta más.

Lo que no se imaginaba el COB es que aquel cuatro con tiro exterior y juego vertical iba a ser el cinco que tanto se le resistió las semanas siguientes. 

Está claro que no es un jugador físico, contundente, con rebote y defensa como Kasibabu o Agbelese, pero sí válido. Obligará a jugar distinto, pero si consigue Guillermo Arenas que encaje la pieza puede funcionar. Un juego sin cinco muchos minutos y abriendo el campo para atacar a pívots menos móviles o para dejar más espacios a los exteriores que pueden ir al aro. El baloncesto actual evoluciona cada vez más hacia eso. “Mis” Celtics empezaron la temporada con Al Horford como cinco y desde el banquillo tampoco salen jugadores más grandes. Eso sí, obliga a un nivel de equilibrio, intensidad defensiva y calidad en el perímetro complicado de conseguir. El COB es valiente en su apuesta y será un equipo atractivo para la grada.

Este domingo estará en A Coruña y el próximo sábado jugará contra su amigo Bulic en un Pazo que ya tiene todas las cartas.

Te puede interesar