Opinión

¿Qué hago?


Después de varias semanas esperando le he pedido a mis padres los diez euros que me habían prometido para ir al cine. Ha llegado el momento de gastarlos. Nuestra familia es de clase media-baja, no puede permitirse derroches como otros vecinos del edificio, pero me ha dado esa paga y yo he ahorrado en verano para que además de ver la última de Marvel pueda tomarme una coca-cola y comprar unas palomitas.

Llego contento a la taquilla y me encuentro con que la sala está llena. Pregunto por otras sesiones y me dicen que no va a ser fácil, que hay más gente interesada en la película de este nuevo superhéroe que llevo siguiendo desde hace tiempo, Mr Jump.  Voy a tener que esperar.

Me doy media vuelta y me dispongo a salir, pero le echo un último vistazo a la cartelera. “Lo que el viento se llevó”. Esa película ya la he visto en varias cadenas de televisión y nunca la he terminado. Ese género no es lo que estaba pensando, pero veo que esta remasterización tiene el color muy mejorado y dicen que también el sonido. Eso aseguran al menos.  Al lado, un cortometraje sobre la historia de las películas de Marvel. Ya que estoy aquí voy quedarme.

Tengo dudas. El cortometraje es lo que es, pero parece interesante y me quedan nueve euros para volver al cine otro día y ver la película que quiero. El clásico  lo conoce todo el mundo y a lo mejor me sorprende, hasta me gusta. Si a otras personas, ¿por qué no a mí?

Me doy la vuelta y me paro otra vez delante del taquillero. ¿Me quedo a ver el cortometraje o me gasto la paga en una película que no me planteaba hasta hace cinco minutos y me olvido de Mr Jump? Sé que algun vecino mío no tendría problema porque sus padres le darían dinero para volver al cine las veces que quiera, pero yo no puedo hacer eso. La decisión es mía y sea la que sea luego no voy a llorar.

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