Opinión

Un partido más

No recuerdo si en aquella primera temporada de Gonzalo García de Vitoria la opinión era así de generalizada, más o menos. Parecida seguro. Lo que  vino después y sobre todo en lo que se convirtió el entrenador sí lo tengo claro.  

El partido de esta noche en el Pazo será solo uno más en la historia de un COB al que, para desgracia de algunos que celebran las derrotas y ahora se ponen el disfraz de corderos y se atraven a dar lecciones, le quedan muchos más pase lo que esta temporada. Para el equipo, el cuerpo técnico y el club  es “el partido”. Lo saben. Y también los aficionados que, ellos sí, silban o aplauden sin disfrazarse de lo que no son. Ellos sí se han ganado el derecho o reclamar cambios, dar opiniones o criticar al que escribe. Ellos, que lo único que quieren es que gane su equipo.

Por encima de Armando Gómez, Sergio Pérez, Camilo Álvarez o Pedro Fernández, el que más se juega esta noche  es el COB. Se juega confiar en sí mismo y demostrar que se puede confiar en él.  Se juega seguir dependiendo de sí mismo para ser campeón de grupo, ganar por primera vez a un rival directo y convencer de que puede lograr el ascenso y a sus rivales avisarlos de que está aquí para ello.

Se juega tanto que no es el día para pitar a nadie. Ni antes del partido ni sea cual sea el marcador. En el peor día posible, el Pazo tiene que ser mejor que nunca y los que estén arrimar el hombro como si el ascenso estuviese a 40 minutos. Cuando suene la bocina los que mandan y los que animan podrán hacer y decir lo que quieran, pero antes el COB necesita estar más unido y arropado que nunca. Desde fuera, pero también los que están dentro. Los que juegan tiene que demostrar que están con el que manda. Hoy no se puede ascender a la LEB Oro, pero el COB tiene que demostrar que puede conseguirlo. A veces un partido más lo puede cambiar todo.

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