Empieza la cuenta atrás para volver a una LEB Oro sin competencia deportiva ni social en Ourense. El COB y la liga en la que jugará ilusionan por sí solos, por la plantilla que está haciendo y por los rivales que tendrá. La única competición realmente profesional y además al mejor nivel que se recuerda en muchos años. Se vende sola la temporada para la que cada vez queda menos y que exigirá el máximo a un equipo que empieza como último de la parrilla aunque su historia lo obligue a más. Con menos dinero que la mayoría, pero con los pies en el suelo y sin billetes del monopoli ni cuentos chinos, el COB regresa a la LEB Oro y lo hará con un equipo competitivo. Con el objetivo de ganar cada partido para garantizar cuanto antes la continuidad en la liga y luego, si quedan jornadas, hacer cuentas para algo más. Como ha sido cada año y ha dado para estar casi siempre tranquilos e incluso jugar una Final Four o ascender a la ACB.
El COB y la LEB Oro ilusionan por sí solos a una ciudad que ya está respondiendo desde el primer día en la campaña de abonados para desesperación de quienes insisten en ponerse el disfraz de cobistas pero hace mucho que tiene la careta rota tras celebrar la derrotas y no cansarse de echar sal en la heridas. ¿Cómo van a ilusionarse con la ACB si brindaron cuando nos la negaron? Se han quedado solos e incluso sin el apoyo de quienes también estaban en ese barco y poco a poco se han ido bajando porque la mentiras ya no tenían más recorrido. Porque estos, aunque descarriados, sí son cobistas.
El COB está por encima de todos. Las caretas hace mucho que se cayeron y los forofos, los hipócritas y los mentirosos tenemos asientos asignados en el Pazo. Aunque algunos vengan poco y otros, nunca. Para indigestión de alguno queda mucho COB que “rillar” y este año, siete tazas.
