Opinión

Corazones ardientes

Dejando para otro domingo la festividad de hoy –san Juan Pablo II- tenemos que dedicarle la sección al Día Mundial de las Misiones, el Domund. Sin lugar a dudas, la diócesis de Ourense ha sido siempre una diócesis misionera. La misión mantenida en Ecuador, recientemente retirada para los ourensanos, hoy es la diócesis ecuatoriana quien la mantiene en pie tras una labor de años sostenida por celosos misioneros ourensanos.

La Delegación de Misiones de Ourense, que tuvo su gran apogeo sobre todo en tiempos de Aurelio Grande, entre otros, sin olvidar a la hoy jubilada Josefa, organiza para este año diversos actos con el lema “Corazones ardientes. Pies en camino”. Desde 1926, el penúltimo domingo de octubre se celebra el Domund. En este día internacional, toda la Iglesia reza especialmente por la labor evangelizadora, junto a una colecta específica para colaborar con los misioneros. Es la oportunidad de ayudar al papa en el sostenimiento y crecimiento de la Iglesia en el mundo. 

El tiempo y las circunstancias pasan y hoy en día escasean las vocaciones y también las misioneras. Ellos y ellas han dejado sellos indelebles por allí por donde pasaron. Entre ellos, el gran Cesáreo Gil Atrio, cuya labor en Venezuela aún hoy se recuerda con cariño. Todas las instituciones religiosas han aportado su grano de arena. Tiene España una pléyade de misioneros que a lo largo de los siglos han trabajado sobre todo en América. Y entre ellos dos españoles señeros: san Francisco Blanco del Tameirón y el beato Aparicio de A Gudiña.

El objetivo de este Domund está en explicar la labor de la Iglesia y sus misioneros en los territorios de misión, y manifestar la vida de las comunidades que constituyen esas iglesias jóvenes. Que los cristianos se sientan responsables de la misión con el testimonio, la oración y la limosna, fomentando la formación misionera y las vocaciones y buscando colaboración para mantener las iglesias encomendadas. Y dando a conocer las Obras Misionales Pontificias y su servicio de caridad misionera universal.

El lema de este año es muy sugestivo. Porque en realidad esos hombres y mujeres que dejan su tierra y van a lugares lejanos lo hacen en virtud del impulso de su fe y su corazón para poner los pies en camino. Es lo que han experimentado los misioneros, que nos muestran el camino hacia los hermanos más pobres y necesitados, y la presencia del Señor vivo en medio de ellos.

Dice el papa Francisco: “No es posible encontrar verdaderamente a Jesús resucitado sin sentirse impulsados por el deseo de comunicarlo a todos”. Así, los misioneros se ponen en camino y entregan su vida para que el Evangelio llegue a todos los rincones del mundo.

Ayer tarde en Verín y Xinzo comenzaba la campaña con una carrera original en la primera localidad y una vigilia a las 19,30 horas en la segunda.

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