Son muchos los mensajes que nos ha dejado el papa Francisco en las JMJ de Lisboa. Sin lugar a dudas sus palabras, sus gestos y su actitud sorprendieron notablemente a los millones de jóvenes que le siguieron con atención e interés. Hemos descubierto a un papa distinto que utilizó un lenguaje directo que entendían los concurrentes: “Te llama por tu nombre no eres un número. No tengáis miedo; tened mucho coraje. La juventud es el ahora”. En el Parque Eduardo VII con más de un millón de personas, sobre todo jóvenes vibrantes, fue el primer gran encuentro con los peregrinos inscritos en las JMJ 2023. Previamente les había dicho el papa a los jóvenes que nunca podían ser inconformistas y que fuesen capaces de sustituir los “miedos” por los “sueños”.
Por ello les repitió el papa en voz clara y alta:. “Nunca dejéis de hacer preguntas”. Y continuó con una de las frases que hacen historia: “ En la Iglesia hay espacio para todos, y cuando no lo hubiese hagamos que lo haya “.
Contemplar el espectáculo del Parque Eduardo VII fue algo inolvidable. Ya por el número pero sobre todo por el ambiente. Un ambiente que ha permanecido en Lisboa más de una semana después.
“Queridos jóvenes, buenas tardes! Sed bienvenidos y obrigado por estar aquí”, comenzó el papa su saludo
“Estoy feliz por veros y por escuchar el simpático barullo que hacéis, contagiándome con vuestra alegría. Es bueno que estemos juntos en Lisboa: para aquí fuisteis llamados por mi, por el Patriarca, a quien agradezco sus palabras; por vuestros obispos, sacerdotes, catequistas y animadores. Agradezcámoselo por eso con una gran salva de palmas!”
“Pero fue sobretodo Jesús quien os llamó: agradezcámoselo. Amigos, no estáis aqui por acaso. El Senhor os llamó, no sólo estos días, sino desde el inicio de vuestras vidas llamándoos por el nombre porque nos ama”.
A los ojos de Dios somos hijos preciosos, a los que Él cada día llama para abrazar y para hacer de cada uno de nosotros una obra-prima única y original. En esta Jornada Mundial, ayudémonos a reconocer esta realidad esencial: sean estos días ecos vibrantes de la llamada amorosa de Dios, porque somos preciosos a sus ojos, a pesar de lo que a veces nuestros ojos ven, por la negatividad, y ofuscados por tantas distracciones.
Sean días en que ”tu nombre, a través de hermanos y hermanas de muchas lenguas e naciones que lo pronuncian con amistad, resuene como uma noticia única en la historia, porque único es el palpitar pulsar del corazón de Deus por ti”. Sean días para fijar en el corazón que somos amados tal como somos. Este es o ponto de partida da JMJ.
Llamados por el nombre: no es un simple modo de decir, es Palabra de Dios. “Amigo, amiga, se Dios te llama por tu nombre significa que, para Él, no eres un número, sino un rostro. Quiero hacerte notar una cosa: muchos, hoy, saben tu nombre, pero no te llaman por el nombre prometen felicidad. y después se muestran cosas vanas, superfluas.
Porque a Iglesia es, y debe ser cada vez más, aquella casa donde resuene el eco de la llamada que Dios dirige a cada uno. El Señor no apunta con el dedo, sino que alarga los brazos como en la cruz. No cierra la puerta, nos convida a entrar, nos acoge.
Me habéis dicho en una de vuestras cartas: Reconozco en mi una dificultad cada vez mayor en tener una visión entrenada y atenta para las cosas del Cielo. Es verdad! No es fácil, pero estamos aquí para entrenarnos, crear red e conectarnos con la llamada de Dios. Con una Madre -que nos toma por la mano e indica el camino: María. Es la mayor criatura de la historia! Y no porque tuviese una cultura superior o habilidades especiales, sino porque nunca se separó de Dios”.
