Opinión

Una esperada crisis en Portugal

Durante los últimos tiempos, los rumores fueron aumentando en Portugal relacionados con la gestión de las minas de Sines, en el Algarve, o en el norte. Era y es el problema del hidrógeno verde y del litio. La corrupción y la prevaricación estaba en el trasfondo de muchas reuniones políticas. Frente a ello, el primer ministro, Antonio Costa, dice tener la conciencia tranquila y haber puesto el alma y el corazón en la dirección del país.

Pese a todo, el pasado martes las cosas explotaron y a las 13,00 horas visitó Costa al presidente Marcelo y en 10 minutos presentó la dimisión por posible prevaricación, corrupción activa y pasiva y tráfico de influencias en negocios de litio e hidrógeno -aunque aseguró que no ha cometido ningún acto ilícito-, y le fue aceptada. Este es en suma el relato de lo ocurrido en ese día en el Palacio de Belém. Se iniciaba así un proceso que queda en las manos de Marcelo y que va desde disolver el Parlamento, convocar elecciones anticipadas y encargar a otro socialista la dirección el Ejecutivo que tiene mayoría en el Parlamento. En tiempos del presidente Sampayo ocurrió con Santana Lopes algo parecido.

El panorama está lejos de ser sereno y tranquilo. El Ministerio Público y la Policía lusa han realizado 42 registros en varios ministerios y en la residencia oficial del primer ministro dentro de una operación por presunto delito de corrupción vinculado al sector del litio y el hidrógeno verde. Esta investigación cuenta ya con cinco detenidos, entre ellos el jefe de gabinete de Costa, Vítor Escária, y uno de sus amigos y hombres de confianza, el empresario Diego Machado. Además, el ministro de Infraestructuras, João Galamba, ha sido considerado imputado y otros miembros del Ejecutivo están siendo también investigados.

Frente a estos rumores, acusaciones y gestiones policiales Costa ha afirmado que se muestra disponible para colaborar con la Justicia: “Miro a los ojos a los portugueses, y no me pesa en la conciencia la práctica de cualquier acto ilícito ni siquiera acto censurable”. El Ministerio Público afirmó que investigaba a Costa y a varios miembros de su Gabinete y sospechosos que han hablado de la implicación del ya ex primer ministro en el caso por “desbloquear procedimientos”.

Se han registrado más de 40 lugares, en las concesiones de explotación de litio en las minas de Romano y Barroso, en el norte del país; además de un proyecto de una central de producción de energía a partir de hidrógeno y la construcción de un centro de datos, en Sines. La Fiscalía ha emitido órdenes de detención contra el jefe de gabinete del primer ministro, el alcalde de Sines y dos de sus administradores. También fueron declarados sospechosos formales (una figura previa a la acusación) el ministro de Infraestructuras, João Galamba, y el presidente del Consejo Directivo de la Agencia de Ambiente.

Lo del ministro Galamba es de suma gravedad, ya que era el encargado de gestionar los fondos de Unión Europea para las infraestructuras, y maneja gran cantidad de recursos y euros venidos de Bruselas. De todo ello tendrá que dar cuenta.

Mientras tanto, Marcelo recibe a personajes de su confianza y también a los distintos partidos. Una de las primeras personas que pasó por Belém ha sido una de las de mayor prestigio en la politica portuguesa, como es Manuela Ferreira Leite.

Y hoy, jueves, tiene el presidente convocado al Consejo de Estado, que sin duda le ofrecerá la opinión y el consejo de mayor valor para Rebelo de Sousa. Con todos estos datos le tocará a Marcelo la difícil misión de decidir.

Te puede interesar