Volvemos hoy con la clase de Religión. En recientes declaraciones, monseñor Pujol invita a los padres a protestar y reivindicar el derecho a llevar a sus hijos a clase de Religión. Por su parte, el abad de Montserrat, Josep María Soler, sostiene que “para hacer una buena educación, la dimensión de la religión cristiana y vinculada a la Iglesia católica ha de tener una importancia especial. No son lo mismo las religiones del Extremo Oriente que la que de alguna manera ha forjado y está en las raíces de nuestro pueblo occidental”. El reportaje que refleja estas palabras también recoge la opinión del filósofo y teólogo Francesc Torralba, quien explica que el laicismo ve la religión como “un obstáculo al progreso, al desarrollo científico, una fuente de discriminación, de problemas sociales, de conflictos, de guerras”. ¿Obstáculo para el progreso?. Como si para ser actual hubiésemos de ser ateos o laicistas.
Les dejo siempre muy claro a mis alumnos de la asignatura de Religión un par de cosas fundamentales para mi modo de ver. La primera es que allí vienen a estudiar la religión y nunca les examinaroy a darles contenidos y nunca exigirles la fe. atequesis. V que allgiencargado de este tema con el gobierno y ya han sacado un é de cómo la cumplen. Ese es otro tema reservado a la catequesis. Voy a darles contenidos y nunca exigirles la fe. Tal vez en la situación actual, con la crisis que está atravesando la educación, olvidamos esto, que es fundamental. Un joven, para estar bien formado, debe cultivar todas las facetas de su personalidad, tanto espirituales como intelectuales e incluso artísticas y deportivas.
Ocurre que, con frecuencia hoy, algunos jóvenes se preocupan únicamente de la parte externa de sus vidas. Tienen tiempo para casi todo. Unos van a hacer deporte, otros a aprender música y demás entretenimientos dejando la parte interior, que es tan fundamental o más que el cultivo del cuerpo. La espiritualidad, por mucho que a algunos les suene a “trasnochado”, es un elemento fundamental.
La gran mayoría están bautizados, pero aquello fue un rito totalmente olvidado que a lo sumo es poco más que una fiesta preparada únicamente para el lucimiento externo de la familia en gran parte de los casos. A poco más se reduce hoy en día la celebración de algunos sacramentos. Y no quisiera ser pesimista.
En el fondo se ha olvidado algo que los grandes santos proponían y que es el plan de vida, una agenda que desde jóvenes debieran seguir y practicar todos si queremos ser algo en la vida. Es así como puede conseguirse una conciencia bien formada, que es de lo que se trata para llegar a ser lo que Don Bosco pedía: “Buenos cristianos y honrados ciudadanos”. En resumen, personas de provecho de las que podamos fiarnos. Coherentes y con una línea clara de conducta.
