Opinión

Los abuelos

En este día 27 de julio, la Iglesia celebra a san Joaquín y santa Ana, los abuelos de Jesús, una fiesta entrañable y que todos estamos llamados a recordar. Una fecha para la añoranza de cuantos ya en esta vida no gozamos del inmenso placer de tener padres y abuelos. ¡Un hueco inmenso en nuestras vidas! Siempre, pero más que nunca en estos tiempos, es necesario recordarles. Y se nos parte el corazón cuando vemos que en nuestros hogares faltan estos inolvidables personajes mientras ¡tristemente! contemplamos cómo están a tope de abuelos las residencias de ancianos, a los que vemos tantas veces tristes e incluso con alguna lágrima en sus mejillas. La sociedad actual es muy materialista y para algunos les es más cómodo disfrutar de coche nuevo o unas fastuosas vacaciones mientras sus abuelos mueren poco a poco en asilos o residencias y rodeados de personas a las que acaban de conocer…

Porque la labor de los abuelos es irreemplazable. Vemos el amor que los nietos les profesan y el cariño con el que acuden a ellos. Los que teneos alumnos adolescentes, si les hablamos de los abuelos observamos cómo se les llena la cara de alegría cuando se les habla de ellos. Es la realidad. Incluso para la fe es interesante. Sin duda son los mejores catequistas. Si les peguntamos a los niños si van a misa o frecuentan las sacramentos, más de uno responde que sí: “Cuando estamos en el pueblo con los abuelos”

Esta es la realidad. Porque los abuelos son esas enciclopedias viejas pero vivas, llenas de experiencias únicas y de conductas imitables. Los abuelos son muchas veces esos elementos transmisores de la historia e idiosincrasia familiar. Recuerdan anécdotas de la cultura y de la etnografía de los pueblos, así como aquellas reuniones de antaño en medio de gozo y alegría. Desgraciadamente esto todo ha ido pasando cuando surge esta cultura del tener que posterga el ser, que es lo fundamental.

Yo les recomendaría que fuesen capaces de hacer una prueba con los niños. Observarán que la inmensa mayoría de sus conocimientos les vienen de sus abuelos. Y conocimientos que van desde la fe hasta las más variadas ciencias. Porque hoy en día damos más preferencia a los medios tecnológicos, postergando aquellos que revelan las esencias del mismo pueblo y a la misma familia.

Porque en realidad este es el verdadero problema: la familia. Son incontables los ataques que sufre la familia actual. Comenzando por la división o el mismo divorcio. Si somos sinceros, tenemos que reconocer que en muchos casos es la “única” solución, como una lógica conclusión de reiteradas desavenencias. Pero aun en este caso, los abuelos deben jugar un papel importante como elementos de paz, de unión y de entendimiento.

Es cierto, y lo dijimos aquí hace tiempo, que las “suegras” son un elemento esencial de la unión familiar. Yo insisto en que la mayoría de las suegras ejercen una gran labor positiva que deben saber descubrir las nueras. Les pueden prestar un enorme favor. Se trata de saber aprovecharlo.

Aquí entra esa tarea imprescindible el tema de hoy: de los abuelos. En la iconografía de san Joaquín y santa Ana hay detalles muy significativos. También en nuestra diócesis. Santa Ana sentada con un libro enseñándoselo a su hija, la Virgen, y el Niño Jesús de pie observando la escena. Todo un ejemplo y toda una lección que debieran saber descubrir los abuelos de hoy en día.

No quisiera olvidar a mis condiscípulos que en el día de ayer hemos cumplido 52 años de sacerdocio y solo tres fallecidos: Manuel González, José Luís y Berardo. Que en el cielo nos ayuden.

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