Opinión

¿Quién manda aquí?


Ciertas actitudes políticas, como ya comentábamos hace días, producen perplejidad, asombro y desconcierto. Nos referimos a la serie de hechos que tienen lugar entorno al problema catalán. Increíbles actitudes muy difíciles de explicar desde una sana lógica. Como que una ministra española se pasee por Bruselas con Puigdemont.

Hemos asistido a interminables manifestaciones, al célebre 1O y, sobre todo, al juicio interminable que pretendió condenar y condenó a los artífices de aquella serie de acontecimientos. ¿Sirvió toda aquella parafernalia para algo? Sinceramente creo que para muy poco. Una comedia muy bien montada en la que un presidente se fuga en el maletero de un coche y permanece años en Bruselas mientras los jueces desde España una y otra vez le condenan en rebeldía y este inefable señor Puigdemont campa por sus respetos incluso como diputado europeo sin hacer ni caso a la Justicia española que constantemente le reclama. Y en el colmo de la desfachatez, una ministra del Gobierno va a visitarlo y se da una y mil vueltas sonriente y gozosa por las calles belgas.

Y por si esto fuese poco, detrás de las fallidas investiduras parece ser que fluctúa este buen señor que, según parece, es el que mueve los hilos desde la sombra mientras los jueces españoles van por otro camino. Ello nos hace pensar quién manda aquí. Por lo que se colige a la Justicia ni caso le están haciendo tras su labor constante solicitando su vuelta a España para ser juzgado como lo han sido sus compañeros de aquella revuelta catalana. 

Más de un medio está reiteradamente pidiendo dejar de una vez tantos documentos y de una vez por todas que vuelva a España a este personaje tan atípico. Mientras, él luce con alegría su carné de diputado europeo. En definitiva, riéndose de todo un pueblo que aboga por la justicia firme y segura como la que le fue impartida a sus compañeros de aquel inconcebible golpe.

Pero además, estamos asistiendo a miles de rumores, entre los que están la vuelta de este señor en olor de multitudes para presidir ya sea Cataluña o incluso España. El rumor más serio está en quienes afirman que el sr. Puigdemont está detrás de un posible nuevo Gobierno en este país. Sería el colmo verle campar por sus respetos y caminar victorioso por este país después de tantas condenas y juicios.

Cierto que la Justicia europea poco o casi nada ha colaborado en esta interminable patraña, mientras el resto de los españoles asistimos impávidos a un desenlace que nunca sabemos cuando va a llegar. ¿Será cierto que el nuevo Ejecutivo pasa por decisiones que pueden venir de Bruselas? Si así fuese, habríamos llegado al colmo del esperpento.

Las últimas elecciones y su desenlace, tan especial tristemente, según parece, giraría en torno a pactos secretos en los que estaría mediando el ausente siempre presente expresidente catalán. Y mucho más grave sería si en realidad todo este manejo oculto estuviese consentido o promovido desde la sombra por alguien obsesivo por el poder. Porque, en realidad, es necesaria mucha cordura y sensatez para no comprar el poder a cualquier precio.

Permítanme que les diga que aquí en Portugal más de una persona vive perpleja cuando se le comenta o se lee en los medios lo que ocurre e España. Incluso les cuesta comprender el desenlace que se le está dando a los resultados de las últimas elecciones. Y sobre todo, muchos a quienes les cuesta comprender los resultados de las votaciones y ciertos pactos entre partidos tan diversos.

El tiempo dirá y sabremos quién manda aquí. Esperemos.

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