Opinión

La visión de futuro de Ilundain

OURENSE 11/10/2023.- Iglesia de As Cadas. José Paz
photo_camera OURENSE 11/10/2023.- Iglesia de As Cadas. José Paz

Tal como reza en la lápida de mármol que aparece en el presbiterio de la iglesia de A Ponte, el 28 de noviembre de 1920, que era primer domingo de Adviento, se inauguraba un templo que, por diversas circunstancias, sigue sin acabarse. Fue un regalo del obispo Ilundain, que llegó a Ourense en 1904 con 40 años de edad, senador del reino y que por su destino para la archidiócesis de Sevilla el 16 de marzo de 1921 quedó sin acabarse como él pretendía.

Este obispo navarro tenía una gran visión de futuro. Porque este barrio era entonces apenas un puñado de personas. En libro que publiqué en 1990 en homenaje de despedida al párroco Jesús Pousa recojo los avatares y el vertiginoso crecimiento de la zona, en gran parte por la ubicación aquí de empresarios castellanos a los que los impuestos eran más bajos en la margen derecha del Miño, que pertenecía al Ayuntamiento de Canedo hasta 1943. Aún pervive en la memoria el célebre Fielato instalado en el final del puente al lado de Os Remedios. 

Cuenta la historia que tanto en Oira como en Eiroás antaño se han encontrado restos de una población prehistórica, siendo un asiento de un Castro en la Edad Media y una granja monacal. Tiene por lo tanto el barrio vestigios de colonización romana. La parroquia, hasta 1956, pertenecía al arciprestazgo de Amoeiro. Es muy curiosa la evolución de la zona y ya existe una tesis doctoral que algo ayuda a comprenderlo. Un ejemplo es el dato de que en 1639, A Ponte tenía 30 habitantes e incluso disminuyeron en años sucesivos hasta llegar al día de hoy. De la parroquia original surgieron tres: As Caldas, O Vinteún y O Pino.

Llega Ilundain en 1904, cuando la parroquia tenía en su cuenta unicamente 52,55 pesetas, y ve la imperiosa necesidad del traslado del templo, que tomó como cosa propia, pagando en primer lugar los terrenos y costeando las obras. En 1905, en la Visita Pastoral se cambia la sede parroquial, con los sacerdotes encargados D. Germán Fernández Román y D. Jesús Pousa.

De la antigua parroquia poco se trasladó. Algunas imágenes y la pila románica que, a mi modo de ver, nunca debió dejar de ser el lugar del bautismo y menos utilizarla como adorno en el atrio de la Iglesia… Pues bien, la memoria de los planos del nuevo templo, hoy centenario (¡pero sin acabar!), se firmaron en 31 de marzo de 1910 por el arquitecto Basterra, autor también de la basílica de Begoña de Bilbao.

El retablo, igual que el de Sabucedo de Montes, es obra de Magariños, igual que la imagen de la Inmaculada y el Santiago que preside el templo como patrón. Los relieves que lo adornan son la Ascensión, Oración en el Huerto, la decapitación de Santiago y Santiago caballero, así como los escudos de Ilundain y del papa de entonces, Benedicto XV. Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, siendo párroco D. Jesús Pousa, el retablo fue dorado magistralmente por los hermanos Núñez. Importante el suelo primitivo de madera asentado sobre una base especial de cal y carbonilla y unos listones de madera. Con este proyecto, el obispo Ilundain es trasladado a Sevilla en 1921, prometiendo que seguiría donando 25.000 pesetas hasta su término.

A lo largo de estos cien años ha habido algunos intentos de rematar la obra. La última a comienzos de los años 90 del pasado siglo con una donación del feligrés Florencio Álvarez. El dinero fue para otras obras diocesanas y don Jesús presentó la renuncia a la parroquia. 

Me gustaría ver acabada la obra. Como le hubiese gustado a aquel pontino único que fue Eladio Diz. Lo que resta por hacer son una arcada que daría más dimensión a la nave central. Y en esa arcada se engarzaría otra semiarcada, recogiendo la mitad de las naves laterales de las que saldrían, a los lados, una espaldera para el baptisterio y la torre gótica de 50 metros. Se hizo una torre en Santa Eufemia del Centro y se terminó la Veracruz de O Carballiño, ¿somos menos los vecinos de A Ponte?

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