Opinión

A Europa le queda la baza del capital humano

Según el instituto Elcano, tiene la necesidad urgente de adaptarse a un nuevo contexto global marcado por la crisis financiera, la pandemia y la creciente rivalidad entre las dos grandes potencias.

La firma china Xiaomi pretende ser una de las mayores automovilísticas del mundo en la próxima década. De entrada, recibió 90.000 pedidos de su modelo SU7, nada más lanzarlo, se disparó en Bolsa y comprobó que su flamante vehículo promete prestaciones similares a las de un Porsche alemán eléctrico, pero a un precio considerablemente más bajo que un Tesla americano. Es solo un ejemplo de cómo Europa se encuentra en un momento crucial de su historia, frente a una serie de desafíos económicos y políticos sin precedentes. Lo sabe bien Alemania, ahora rezagada.

Un informe presentado por el Real Instituto Elcano, obra de Judith Arnal, Enrique Feás, Agustín González, Miguel Otero, Jorge Tamames y Federico Steinberg, pone precisamente de relieve la necesidad urgente de adaptarse a un nuevo contexto global marcado por la crisis financiera, la pandemia de la covid-19 y la creciente rivalidad entre potencias mundiales.

En este escenario, la Unión Europea se enfrenta al reto de preservar su seguridad económica y su autonomía estratégica, sin renunciar a sus valores fundamentales. Para lograrlo, es imperativo reformular tanto su modelo de crecimiento como su gobernanza económica. 

Sobre el sitio del Viejo Continente en un nuevo contexto económico y político global, Manuel Alejandro Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide, cree que es hora de crecer sobre aquello de lo que Europa puede sentirse más orgullosa: su capital humano.

El informe del Real Instituto Elcano propone una serie de medidas concretas para abordar estos desafíos. Sobresale la importancia de mejorar la financiación pública europea mediante un presupuesto adecuado que contribuya a la estabilidad macroeconómica de la eurozona. Esto implicaría la implementación de nuevos impuestos europeos y emisiones de deuda conjunta, así como la institucionalización del NextGenerationEU (NGEU).

En segundo lugar, estaría la necesidad de mejorar la financiación privada europea, con avances en la unión bancaria, el mercado de capitales y el mercado único de servicios. También se propone desarrollar una política industrial integral que vaya más allá de la descarbonización, promoviendo la innovación tecnológica y minimizando las ayudas estatales que afectan al mercado único.

En cuarto lugar, se sugiere incentivar un ecosistema europeo más propicio para la disrupción tecnológica y garantizar un suministro adecuado de minerales críticos, mediante la promoción de nuevos acuerdos comerciales y el fortalecimiento del capital riesgo. A su vez se aboga por promover una estrecha colaboración entre empresas y administraciones públicas, simplificando el marco institucional y jurídico.

En sexto lugar, desde el instituto Elcano se propone potenciar la formación continua y el capital humano, reformando los programas de formación profesional y educación dual. Por último, se destaca la necesidad de un marco de solidaridad internacional, capaz de fortalecer el multilateralismo y de reforzar los acuerdos económicos y comerciales bilaterales.

En resumen, Europa se encuentra ante un nuevo trilema en el que debe priorizar la transición energética, la seguridad económica y unas cuentas públicas sostenibles. Para lograr estos objetivos, es esencial establecer una agenda que ofrezca diagnósticos realistas y proponga reformas alcanzables. ¿Bastará con el capital humano?

@J_L_Gomez

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