Opinión

¿Qué hacemos con el dinero?

El dinero, lejos de ser una necesidad perentoria para vivir y que para procurarlo tenemos que trabajar no olvidemos, dicho sea de paso, que muchos con salarios escasos, casi misérrimos para la subsistencia, ha derivado en aplicaciones que reflejan la obsesión por adquirir caudal, por hacerse ricos hasta el punto de que con un extensísimo vocabulario del diccionario de la Real Academia Española, una de las palabras más usadas de un tiempo a esta parte se llama "corrupción", vocablo con el que los medios de comunicación nos informan cada día.

Y ello sucede no solamente en España, sino a nivel internacional como si de una epidemia se tratara. Como prueba de ello es la información reciente aparecida en la prensa respecto al ex primer ministro portugués detenido por fraude, blanqueo y falsedad con una fortuna de 20 millones que escondía en Suiza. ¡Qué barbaridad! La avaricia por lo que se está viendo no tiene fronteras.

Hoy, domingo 23, me indujo a escribir estas líneas lo que leí en el interior de una parroquia de Ourense que dice así: "Dona un día de tu salario. Vive sencillamente para que otros sencillamente puedan vivir. Cáritas Diocesanas de Ourense". Confieso que me gustó. Pocas letras pero con profundo mensaje humanitario, que tal vez resalte más tan cerca del período navideño. A esta llamada del amor pueden responder -no es obligación- muchas personas (no hace falta citar cargos) que con sus retribuciones de 6.010 euros mensuales o más (un millón de pesetas) el donativo para nuestros hermanos ourensanos que las están pasando canutas sería de 200 euros (33.333 pesetas). No obstante, como no todos pueden aportar el salario de un día, buenas son cantidades inferiores como reflejo de buena voluntad. Ourensanos, sí, pero ou somos ou non somos. Non todo vai ser bla, bla, bla.

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