Opinión

Morir en el campo, de fútbol

Después de todo, morirse no debe ser tan malo, dicen. Uno que ya no sale de su asombro descubre nuevas que parecen ser de otra dimensión intelectual. 

No es preciso manejar grandes argumentos, al menos en determinadas materias, para que estos semejen pensamientos profundos. Y es que el recurrente mundo del fútbol da para todo, incluso para el disparate. Tambíén pudiera ser que la pasión, los colores que muchos aficionados profesan en la defensa de los suyos no atiende a razones. 

Leo la noticia en Expansión, y no salgo de mi asombro, incluso en estos tiempos líquidos que avanza Zygmunt Bauman hay cuestiones que no varían un ápice; el fútbol parece ser ese único pilar sólido al que aferrarse, o el más sólido de todos los posibles, tanto que incluso no pocos escritores y personalidades de la cultura vislumbran detrás del balón un respirar filosófico; allá cada cual. Resulta que los equipos se apuntan ahora a otros nichos de mercado, y nunca mejor dicho. El negocio se dirige como siempre a los aficionados, o al menos hacia los más fieles, a esos que, llegado el momento y faltos de otras razones, imploran a los colores para dar sentido al mundo. Así que los estadios donde respiran sus pasiones de vivos, también las podrán atender de muertos. De momento son tan sólo tres, Atlético de Madrid, Espanyol y Betis, los equipos que disponen de un columbario para que sus seguidores alberguen allí sus cenizas. El pionero, según el diario económico, fue el Atlético, con una zona de 600 metros cuadrados, con 2.490 columbarios, con una capacidad para 4.210 urnas funerarias; 425 de ellas familiares, a razón de 1.500 euros las individuales y 4.000 euros las familiares. El mantenimiento, entre 50 y 150 euros anuales, y el uso del espacio entre 25 y 50 años. 100 de ellos están ocupados y las reservas son de 300. Las previsiones económicas de los otros equipos son similares. Señala además que el Barcelona, en la remodelación del Camp Nou, prevee también un columbario en un lateral. La cifra de negocio es importante, el Betis la calcula en 9 millones en cinco años. 

Ver para creer, y que luego digan que andamos descreidos.

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