Opinión

Ineducado o mal educado

Decía Gilbert Keith Chesterton, novelista, pensador y ensayista inglés del siglo XIX: “No hay gente ineducada. Todo el mundo está educado, solo que mucha gente está mal educada”. Esto es, que a nadie le gusta que se le diga que está mal educado. Más bien, la mayoría de las veces, es cuestión de falta de educación, o lo que es lo mismo, hablamos de una persona ineducada.

Caso distinto es cuando esa persona recibe una educación deficiente o, dicho de otra manera, una mala educación. Entonces, su comportamiento público pone de manifiesto esa deficiencia, porque sus conocimientos de pautas de convivencia no son correctos. Pero ¿se puede corregir esta carencia de educación cívica? Es obvio que sí, aunque para ello es necesario adquirir esos conocimientos en aquellos círculos, espacios o fuentes adecuadas.

Como hemos comentado en otras ocasiones, la educación se empieza asimilando en el seno familiar. Les corresponde a los padres insuflar a sus hijos esos principios y valores que les otorgarán una base que les permita convivir en sociedad. En este caso, ya no se trata de personas ineducadas, porque reciben educación, lo único que pueda suceder es que la reciban inadecuadamente; entonces, estarían maleducadas.

Cualquiera puede ser comedido, mesurado, educado, sin necesidad de poseer todos los conocimientos contenidos en un manual de buenos modales. Hay que tener una educación basada en el respeto hacia los demás. Aristóteles escribió: “El hombre prudente y templado sabe mantenerse en el medio conveniente”. Hay que actuar con corrección, pecando siempre de defecto antes que de exceso.

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