Opinión

Menudo par de tres

Carlos Rafael Hernando Floriano, así, sin comas, a lo culebrón sudaca. ¡Qué cuatro pies para un banco, madre mía! Bueno, en realidad son dos: Rafael Hernando y Carlos Floriano. Por eso no se sostienen. Vaya par.

Y esta vez no podemos echarle la culpa a la “sexagenaria” “caza talentos” de Esperanza Aguirre. Fue cosa de Rajoy. Fueron elegidos y rubricados por él a dedo y letra. En frío, sin copas, ni drogas, ni preámbulos nerviosos, como esos gigolós de pura raza que son capaces de complacer ad líbitum, a las señoras muy mayores, o muy feas, o muy guarras, sin necesidad de calentar un poco por la banda. ¡Y es que en caliente hasta me como yo una!..., vale, bueno, pues no lo digo. Pero rima con olla.

“Hernández” y “Floriández”, parece que les bautizó hace unas semanas Pedro J. Ramírez. Para mí son Pepe Goteras y Otilio, chapuzas a domicilio. Es todo un espectáculo el verlos reparar las grietas por donde comienzan a resquebrajarse las estructuras del PP, a base de exabruptos y pegotes dialécticos. Cada vez que le plantan un micro delante, suben dos puntos en las encuestas los de Podemos, o los del PSOE, o UPyD, o Ciudadanos. Depende contra quien lancen la diatriba. La rehostia en prosa, vamos.

Estos aireadores de cal viva, estos esparcidores de mortero sin aglutinante, vocero el uno de rehala (más que del gobierno), que llama “pijos ácratas” y “payasos ilustrados” a los jueces, “naranjitos” a Ciudadanos y “cacas” a Podemos; y el otro estratega de campaña (sin sentidiño ningún, Dios me perdone, que hasta parece que no fuera bien pasado) que ignoro si hablará catalán en la intimidad, como Aznar, pero que dice “Siudatans” por Ciudadanos, y que va sembrando perlas y guiones enteros para los programas humorísticos, son un verdadero regalo para los opositores del PP.

Yo, que motu proprio (y patrio) soy más bien desconfiado y que me suelo inclinar por lo malo conocido, les pediría a este par de homus ubérrimos que no hablasen más gilipolleces, con perdón. A fuer de delicado os diría que ya lo dijo incluso Bécquer: “¿Qué son estúpidos?... ¡Bah! Mientras callando/ guarden oscuro el enigma, / siempre valdrá, a mi ver, lo que ellos callan/ más que lo que cualquiera otro me diga”. Así que ¡chitón!, como Rajoy, aunque con eso de los “adanes”, “zascandiles”, “amateurs” y demás lindezas, ultimadamente la está también cagando... Vale, retiro lo de cagando, pero conste: al lado de estos tres soy un esteta.

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