Opinión

Adolfo Seoane Cruz (Fito)

Laurus nobilis, laurel o lauro o laureiro es un arbusto perenne perteneciente a la familia de las lauráceas, a la que da nombre. Las hojas son usadas como condimento en la gastronomía europea (particularmente en la mediterránea), así como en Norteamérica y Centroamérica, en la región noroeste de México, se le conoce como laurel de Castilla. La madera de laurel es muy dura y se ha empleado en Andalucía para trabajos de taracea y marquetería, tradición artesanal árabe que ha sido heredada y mantenida en algunas zonas como el Albaicín de Granada. Desde muy antiguo el laurel ha servido como símbolo del triunfo. Dafne, primer objeto del amor de Apolo, imploró el socorro de su padre, quien para sustraerla a las importunidades del dios, transformó a su hija en laurel. Apolo sólo pudo abrazar un tronco inanimado y arrancando una rama se hizo una corona, y quiso que en adelante fuese consagrado el laurel, sirviendo de premio a los poetas.

adolfo seoane.

Adolfo Seoane Cruz (Fito) es duro como el laurel , persona llena de persistentes matices y que en su meritoria historia profesional, logro un amplio bagaje de méritos que su generación recordará siempre por sus capacidades creativas que dejaron una impronta en el mundo de la peluquería Orensana.

Hijo de Adolfo y Marina, Fito empezó muy joven su profesión, primero en el Puente y más tarde en Curros Enríquez, donde con sus padres y su hermano Manuel consiguieron que en la década de los 60-70 su firma fuese históricamente prevalente, inquieto y muy emprendedor, Fito fue un auténtico dominador en su profesión, poseedor de un gran temperamento artístico y de una depurada técnica, Adolfo Seoane Cruz posiblemente en aquellos tiempos fue el más destacado profesional de la peluquería gallega, donde los cambios eran el día a día en nuestro emergente país. La rapidez en la elaboración y el dominio y seguridad en todo lo que realizaba eran un espectáculo y un ejemplo a seguir para los que empezábamos en la profesión.

Adolfo Seoane Cruz (Fito) casado con Pury Pérez , padres de Purita, Tatiana y Fofi y abuelo de Irina, es en la intimidad de carácter alegre y generoso, simpático y muy dinámico, le gusta la buena mesa, los coches y sobre todo viajar y conocer lugares distintos. Pero también es muy persistente, algo terco y tozudo, es de los que consiguen las cosas por su enorme y férrea voluntad de lucha. A mi Fito me trae a la memoria a: Zohan (Adam Sandler) , un agente secreto israelí que finge estar muerto para mudarse a Manhattan y cumplir su sueño: ser peluquero. Sin embargo, su pasado lo perseguirá entre secadores y tintes de pelo, por que es para lo que había nacido.

A Fito Seoane yo le conocí desde el día que nació, nos hemos criado y vivido una gran parte de nuestra vida juntos, es como si fuésemos hermanos, la niñez, la música, la profesión,( fui peluquero por su culpa), la mili, el mismo barrio durante 20 años, la pesca, los amigos, la partida semanal, nos casamos el mismo año, las inolvidables estancias en Londres en compañía de Manolo y Jorge Cachaldora... nuestro sueño juvenil de abrir un salón en Lisboa y comprarnos un Citroën tiburón... A pesar de ser yo cinco meses mayor, Fito era mi ídolo a seguir, por eso, me entristeció cuando decidió cambiar las cabelleras por las plantas y su paulatino cambio de peluquero a vi-verista, y porque en nuestra familia, aunque todos luchamos a cara de perro por la profesión, hace muchísimos años que decidimos no ser rivales.

A Adolfo Seoane Cruz (Fito), mi segundo hermano, cada vez lo veo menos, pero cuando estamos juntos, la emoción de nuestras vidas surge mezclada con los grandes recuerdos de tantas y tantas vivencias, en las que en mi mente prevalecen el respecto, el cariño y la admiración por mi ídolo que sigue intacta. Un abrazo, ¡VIEJO!

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