Opinión

Jorge Cachaldora Seoane

El Cerquiño de Queguas “rebolo” está en el lugar de Cortes de Carballeira, en Entrimo, donde es uno de los elementos principales del conjunto que forma con una pequeña capilla y los restos de numerosas pallozas de pastores en pleno Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés. En la provincia otro árbol de esta especie está a orillas de la carretera en el acceso al pueblo de Soutogrande, en Vilariño de Conso, en el inicio de la ruta europea de la castaña que discurre entre las comarcas de Conso Frieiras y Monterrei y que pretende dar a conocer el sistema de aprovechamiento de este producto en una zona en la que se produce más del 30 por ciento de la castaña recogida cada año en Galicia.

Jorge Cachaldora Seoane, aunque es como el árbol Rebolo, nació muy rubito, algo chorón, pero firme como el castiñeiro de Soutogrande, y fue un día de enero cuando la familia Cachaldora Seoane recibió al que con el tiempo sería el enfan-cariñoso, peleón, algo cascarrabias pero, sobre todo, el más solidario y el aquí estoy yo de todo el clan.

Jorge es mi debilidad desde que era muy niño. Recuerdo el día que sus padres emigraron a Venezuela y yo fui el comisionado para entretenerle ese día. Lo llevé a una sesión continua en el Xesteira, donde mientras él disfrutaba de las películas “El mayor espectáculo del mundo” e “Ivanhoe”, yo le miraba con ternura y pensaba como al día siguiente le dirían lo de sus padres. Pero Jorge, con la ayuda de su segunda madre, la tía Lolita, salió adelante y tuvo una infancia de niño mimado y muy querido por el resto de toda la familia. Con el tiempo Jorge se convirtió en un excepcional profesional y, sobre todo, en una gran persona a la que sus tíos, primos, y amigos siempre le han demostrado un recíproco cariño, como el que él antes siempre siembra a su alrededor.

Jorge es un tipo muy temperamental, igualito que su padre el entrañable Cachaldora del que decía la abuela: Todo o xenio se lle vai pola boca, pero además de un gran madridista el más espontáneo de la familia, Jorge es igual, si tiene que gritar lo hace, pero en segundos da la vuelta, siendo solidario y muy generoso.

Serían necesarios muchos folios para recordar las anécdotas y los viajes que los cuatro primos pasamos juntos en nuestra profesión, pioneros en la búsqueda de innovación fuera de nuestra provincia todo lo hacíamos juntos, tarea nada fácil pero que aun que sembrada de diversos escarceos, los cuatro nunca permitimos que nuestra profesión afectase a la relación familiar, algo que afortunadamente continua con nuestros hijos. Jorge Cachaldora Seoane que es padre de dos hijos, Jorgiño y Santy y abuelo de Pedro, Carmen y Laura, tiene algunas manías y una de ellas es trabajar. De mis indirectas responde que nunca se retirará, le encanta el color azul y los huevos fritos, no soporta en bacalao ni la mala educación, le gustaría volver a correr el Rallye de Ourense y visitar el Vaticano. Jorge me recuerda a la princesa Leia, de Star Wars. George Lucas tenía claro que no quería que su personaje encarnara el estereotipo de dama en segundos apuros. Como Carrie Fisher explicó para una entrevista de la BBC, “buscaba una luchadora, alguien independiente”. Por eso mismo decidió inspirarse para el peinado del que sería un icono del cine en las mujeres revolucionarias de México en la época de Pancho Villa.

Cuando Jorge Cachaldora era muy pequeño un día le llevé al pediatra, tenia apendicitis y le operaron de urgencia. Unos años más tarde cuando desperté de una sencilla operación, la enfermera me dijo: Aquí hay un niño que está muy empeñado en donarte su sangre.

Así es mi primo Jorge, un vendaval caribeño rebosante de generosidad y ternura que para llamarme viejo siempre me dice: cuando sea mayor quiero ser como tú. No sabe que en realidad yo quiero ser como Jorge Cachaldora Seoane.

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