Opinión

Juan Feijoo Soto

Si, como afirman, el perro es el mejor amigo del hombre, el golden retriever es, sin duda, ¡el mejor amigo de los niños! Bondadoso, amigable, confiado, inteligente, de una gran capacidad para el trabajo y además de una sobresaliente docilidad, es el amigo ideal, el que nunca falla, el que siempre está ahí, el que es amigo más allá de la convencional amistad.

Juan Feijoo Soto tiene muchos puntos en común con el golden, salvo en que no es precisamente dócil ni cordero ni vasallo, sí es orgulloso sin orgullo, potente sin el pre y poseedor de una fuerte personalidad de la que algunas veces dispara vehementes e irónicas cargas de conocimientos histórico-musicales en forma de retahílas y anecdóticas secuencias de un larga amistad y convivencia con la obra musical de su mejor amigo, Manuel de Dios.

Nacido en Allariz, Feijoo Soto (Juanín) ejerció toda su vida como docente, impartiendo clases de Física y Química, primero en un centro privado de Vigo y posteriormente en el Zorelle y Cisneros. Una vez superada una dura oposición, ejerció como profesor en los institutos del Couto, Otero Pedrayo y Portovello, donde se jubiló.

Fue en 1977 cuando conoció a Manuel de Dios; con él y otros grandes y entrañables amigos compartió 32 años, primero en la Coral de Ruada y después, y siempre con D. Manuel, fue co-fundador de Vellos Amigos, grupo que al más puro estilo de Juanín es históricamente fiel albacea de la obra del inolvidable maestro ourensano

Físicamente y por su franciscana barba blanca, Juanín me recuerda mucho a Antonio Ferrandis, aquel venerable “Chanquete” de “Verano azul”, y también, y por su firme carácter, al mismo actor ejerciendo de director de convento en “Marcelino pan y vino”.

A Juan Feijoo le gusta mucho el solomillo, y es dato contradictorio que de joven fue jugador del Arnoia, pero desde que lo dejó nunca mas quiso hacer ningún deporte, y desde su jubilación se pasa parte de las tardes jugando al dominó por que dice que estadísticamente de eso muere muy poca gente y que ¡cuerpo descansado, dinero vale!

Como toda persona de carácter fuerte, sus ideas son irreductibles e indestructibles, sus convicciones inquebrantables y su talante, una mezcla de aparente acidez que inexorablemente siempre deja paso a una tierna y dulce camaradería.

A Juanín le conocí hará unos diez años; en aquel grupo, él era el segundo de a bordo, pero el brazo derecho y el izquierdo del maestro. Con el tiempo, y superando con todos la inevitable pérdida de un gran carácter y un excepcional músico, Juanín se echó encima un gran peso y la noble tarea de contribuir a que todo el bagaje musical, partituras y obra poética no se perdiese, o al menos quedase postergada en la buhardilla o el limbo de los recuerdos. Es evidente que con la inestimable ayuda de todos aquellos antiguos discípulo-amigos de D. Manuel y las fuerzas político-sociales de nuestra ciudad, Feijoo logró su nunca escondido sueño: que se reconociese la obra de su gran amigo y, si resulta muy notable la fidelidad de los que componen Vellos Amigos con lo que representa la música y obra de Manuel de Dios, lo de Juan Feijoo Soto es summa cum laude. Personalmente me siento muy agradecido y orgulloso de haber compartido y disfrutado (mientras la edad me lo ha permitido) de las especiales características que los definen: amistad, emoción y disciplina.

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