Opinión

Loli Álvarez Cabero

Las garzas reales (Ardea cinerea) son naturales de Europa, Asia y África. Suelen ser algo “extraviadas”, despistadas y a veces perdidas o desorientadas. Su equilibrio ambiental suele estar desde el nivel del mar hasta los 900 metros de elevación. Las que viven al norte migran para invernar en zonas tropicales, algunas permanecen en Europa todo el año y habitan en los márgenes de los depósitos de agua dulce y salada (pero sobre todo en los grandes embalses), tienen preferencia por construir el nido sobre los árboles y en ciertos lugares lo hacen en las rocas o entre la hierba alta a la orilla de los estanques y en la tierra. En la Ribeira Sacra también se pueden ver en la época fría garzas que vienen a pasar el invierno en los Cañones del Sil y que tienen sus nidos en los escarpados que abrazan el antiguo río (hoy embalse).
Mi personaje de hoy, Dolores Álvarez Cabero (Loli), nació allí, entre las garzas y los impresionantes parajes de Parada de Sil. Hija de Senén de Sardela y de Conce, se crio en ese privilegiado lugar, donde cursó sus primeros estudios para después elegir Ourense como destino para, al finalizar los mismos, aprender la profesión que desde muy niña soñaba: ¡ser una gran estilista!


No tendría más de 16 años cuando su madre (enérgica mujer) le permitió quedarse a vivir aquí, pero con el “Considerando” que precedía a una libertad muy vigilada. “Si no aprovecha el tiempo... para casa.”
Y Dolores Álvarez Cabero sí que lo aprovechó. En pocos años, con sacrificio, tesón y una enorme voluntad, se situó con un muy buen nivel dentro de uno de los sectores más vanguardistas de nuestra región, desfiles en los que llegó a participar incluso como elegante modelo, fueron la parte mas álgida de su ansiada etapa como profesional en todo aquello con lo que siempre había soñado.
Recordando aquella etapa en la que tuve el placer de conocerla, hoy Loli, por su carácter y gestualidad, se me parecería a Maribel Verdú, (la niña Teresa de "Canción de cuna") tierna película del Garci de los noventa. Pero un día, al igual que la garza real, Loli, en uno de sus frecuentes regresos al lugar natural de “su” Parada de Sil, empezó a reflexionar y a cuestionar lo que con su progresiva madurez había dejado atrás. La belleza de los bosques de Chamoso, Castro, Fondo de Vila.  Y ni corta ni perezosa, con la complicidad de su hermana Inma, el apoyo de su madre Conce y la de Armando, su incondicional marido, decidió quedarse en su Parada, abrieron un coqueto y familiar restaurante y adoptaron una importante filosofía comercial basada en una auténtica cocina casera, donde todo se sirve en fuentes y no existe lo “emplatado”. El éxito lo demuestran las opiniones de visitantes y también famosos, a los que es muy frecuente ver comiendo allí, en O Curtiñeiro, cualquier día del año.
Desde entonces, Dolores Álvarez Cabero (Loli), de vez en cuando se escapa un ratito hasta su Balcón de wgarza real, sobrevuela un ratito las escarpadas laderas del Cañón del Sil, Santa Cristina, Sacardebois, Santo Estevo. Fija unos segundos su mirada en el punto donde dejó tan buenos amigos, y remontando de nuevo a las alturas planea suavemente su ilusionante vuelo hasta posarse feliz y orgullosa en el increíble lugar al que volvió para quedarse.
Loli… la joven que supo ¡volar!

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