Opinión

Manuel Seoane Cruz

Manuel Seoane Cruz
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Una descripción (en clave de humor) de los diversos especímenes de nuestra “fauna”

Acacia o mimosas son árboles o arbustos, espinosos o inermes, tienen hojas pulvinuladas, estipuladas o reducidas a filodios; las estípulas son libres entre sí. Entre los antiguos, la acacia era tenida como planta maravillosa por sus propiedades curativas y era considerada de suma eficacia para ahuyentar la mala suerte. En Egipto, era muy conocido este árbol y sus naturales lo empleaban para la construcción de embarcaciones, estatuas y muebles. Entre los hebreos, se le cita con el nombre de madera de setim y según los libros santos, en la construcción del tabernáculo la única madera que se empleó fue la acacia seyal. En Galicia, su tierra es muy apropiada para los maceteros y además de anunciarnos los carnavales su perfume es la llegada de la primavera.

Manolo Seoane Cruz se asemeja a la acacia por su fortaleza y tesón y sobre todo, porque en su vida profesional el perfume y los buenos olores han sido una firme tendencia.

Peluquero de profesión, en sus peluquerías y expositores siempre se ha respirado un ambiente donde Nefertum era el dios de los aromas y ungüentos, y actualmente mal llamado, dios de los perfumes. Felizmente casado con Mariluz Figueirido, padres de Cristina, María y David y abuelos de Valentina y Vera, Manolo Seoane es el hombre tranquilo de la familia, reposado y muy prudente, sus palabras siempre en tono muy bajo trasmiten un sosiego que heredó de su madre, la tía Marina, que según decía la abuela y asentimos los nietos, era el ser mas dulce de la familia.

Manolo Seoane es un tipo peculiar, amante de la pesca y la naturaleza, era de los que disfrutaban más devolviendo la presa al río que degustándolas en una buena mesa, le recuerdo en Leiro o Baños de Molgas jugando al tenis mientras los demás perdíamos el tiempo lanzando una y otra vez la cucharilla con el afán de una buena picada.

Manolo es un profesional regio, respetuoso con la ortodoxia, parco y poco efusivo, pero en la amistad alegre y participativo, terco en busca de su razón no tiene dificultades para cambiar de opinión y reconocer las opiniones de los que le rodean. Su afición es la huerta, le encanta el pulpo a feira y no puede ver las vieiras, su canción es “Delilah” “Dalila”, de Tom Jones, que suele silbar para sentirse alegre mientras camina sin rumbo fijo, sus libros suelen ser de ayuda y sobre el futuro Manolo Seoane, que utiliza Importante fresca de Adolfo Domínguez, le gustaría volver a África, que predominase la honestidad sobre el egoísmo y seguir disfrutando de las inocentadas que de forma reiterada le gastan sus nietos y en las que siempre “deliberadamente” cae.

Manuel Seoane Cruz a mí me recuerda a Anne Walberg en Les parfums , una estrella del mundo de los perfumes. Crea fragancias y vende su increíble talento a todo tipo de empresas. Guillaume es su nuevo chófer y la única persona de su alrededor que no tiene miedo a plantarle cara. Y esa es sin duda la razón por la que ella no le despide. Un choque entre dos mundos muy diferentes que crea una relación disparatada y divertida a la par que totalmente inesperada.

Manuel Seoane, que es para el sector de la peluquería un referente, pero para la familia y especialmente para mí, (decano de la segunda generación), Manolito es una persona entrañable con la que todos hemos compartido y compartiremos, ¡Inolvidables momentos!

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