La lechuga hoja de roble está compuesta por agua y aunque en muy poca cantidad contiene gran variedad de minerales, es una muy buena fuente de vitaminas, sobre todo de provitamina A, vitamina C, vitamina K y ácido fólico. También contiene antocianina, unos pigmentos con poder antioxidante que son los que le dan ese color violáceo, es un buen diurético y depurativo, por lo que nos va ayudar a reducir nuestros niveles de colesterol en sangre.
Las hojas onduladas y violáceas de la hoja de roble son muy decorativas en las ensaladas y resultan más dulces que las de otras variedades.
Marina Dibuja, como la Hoja de roble, es colorida, clarita y trasparente como el agua, rebosante de optimismo y vitalidad, es un conjunto de vitaminas contagiosas que a los que la conocemos nos insufla afectos y un amistoso amor maternal.
Nacida un mes de octubre en Vilar, Pereiro de Aguiar, Marina Dibuja trabajó desde muy niña en la histórica tienda de Viuda de Felisindo Pérez, donde el eslogan era: “Recibirás siempre lo justo y a su justo precio”. Debido a su capacidad de comunicación y simpatía desarrolló allí su vida laboral, hasta que casada con César Tourón, notable empresario de la escayola, Marina decidió priorizar la crianza de sus hijos César, Marcos y Pablo, algo que sabemos de lo que se siente muy orgullosa sobre todo con su nieta Vera.
Marina Dibuja es una histórica del campismo orensano, al igual que otras muchas, ella es súper feliz con sus ricas comidas camperas, su caravana y sobre todo con las tertulias cafeteriles que suelen durar hora y media y en las que siempre salen a relucir los mono-temas típicos de los campistas, recetas, viajes, anécdotas y sobre todo el recuerdo del día en el que estrenamos la auto caravana.
A Marina Dibuja le encanta cocinar para sus amigos o su familia y cuantos más mejor, ir de compras a los mercadillos, caminar, viajar y ayudar a los demás sobre todo cuando le pedimos azúcar, sal o cualquiera de las múltiples especies de las que ella siempre generosamente dispone.
Marina es el prototipo de una mujer gallega, en la que en su casa se vive una especie de feliz matriarcado y donde la mamma es venerada, admirada y respetada entre otras cosas, por que ella se lo merece. Me recuerda a Julia Roberts en “La sonrisa de Mona Lisa” donde el personaje encarna a una profesora de historia del arte de los años 50, en pleno inicio de la emancipación femenina, esta intentará que sus alumnas aspiren a algo más que casarse y tener hijos, enfrentándose a las diferentes expectativas de la mujer de la época. Se trata de una verdadera historia de vocación familiar, superación y crecimiento personal.
A Marina Dibuja tengo la fortuna de conocerla desde hace años, grandes e inolvidables viajes en caravana, felices estancias en maravillosos rincones e infinidad de anécdotas con los compañeros campistas, me reafirman en la creencia de que Marina es la compañera insustituible de la que todos queremos seguir disfrutando mientras el tiempo y San Cristóbal lo permita.
/como anduriñas viaxeiras/ voamos de sitio en sitio/porque tamén disfrutamos/ buscando novos camiños. /non nos asustan distancias/ nin choivas, calor e frío/non temos présa en chegar/o tempo é o noso amigo.
