Opinión

Esas carreteras

Hace millones de años que la Serra de A Lastra está donde está. Inamovible. Hace algunos miles de años que la comarca de Valdeorras está acotada por el Sil y unos pocos cientos que se sitúa al noroeste de la provincia, a unos ciento y pico kilómetros de la ciudad. Y hace bastantes gobiernos, una coordenada espacio-tiempo bien delimitada, que tanto esa comarca, un referente industrial, como A Lastra, un referente medioambiental, estuvieron ignorados. Basta recordar que su declaración como parque natural es relativamente reciente (2002).

En los centros donde se cuecen las grandes decisiones, la posibilidad de dotar a Valdeorras con carreteras axeitadas (elocuente palabra donde las haya) se baraja desde hace un tiempo, no mucho, la opción de una autovía. Pero, según supimos ahora, parece que no todos tenían muy claro dónde estaba Valdeorras y dónde la sierra de marras, pese a las evidencias del Global Positioning System, ese conjunto de satélites en órbita que todo lo sitúa porque todo lo ve. Tanto dentro de un coche como en un despacho.

La Xunta acaba de recordar a Fomento que la opción escogida para una hipotética autovía degradaría ese espacio natural. Y, según dice no se lo recordó antes, porque eran otros los que gobernaban. Así pues, estamos aún en esa fase en que tan siquiera se habla de presupuesto sino de un trazado que unos proponen y otros desproponen. Y aunque en la vida es tan importante aprender como desaprender, no tanto cuando afecta a las carreteras de todos los días.

Y entre tanto los políticos aprovechan para entretenerse con los mapas, los valdeorreses siguen añadiendo tiempo cada vez que se desplazan a Ourense. Más incluso que para acercarse a Ponferrada, en la provincia de León. Lástima que su centro de decisiones esté en dirección opuesta.

¡Todo se andará!, con los años, claro.

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