Opinión

Matanzas islamistas

Fue se maten entre ellos los fanáticos de las distintas sectas islamistas, que se asesinen degollándose, decapitándose y ametrallándose por diferencias interpretativas de una de las 6.236 aleyas del Corán o de un hadiz, no debería preocupar a quien no sea como ellos.

Pero que cometan genocidio con quienes no comparten exactamente sus creencias, que es lo que hacen estos monstruos, debe ser castigado definitiva, despiadadamente, con tecnología artillera.

El problema de lo que está ocurriendo ahora con ese ejército de enloquecidos asesinos del Estado Islámico de Irak y Levante (EILL-ISIL), no es que están matando a otros islamistas próximos a su antes aliada Al-Qaeda, puesto que estos grupos son bandas de genocidas parecidas.

El problema es que aniquilan a musulmanes menos fanáticos, chiitas o sunitas, y sobre todo a cristianos y yazidíes, creyentes de religiones muy anteriores al islam que habían sobrevivido constante matanzas pero menores que las actuales desde la fundación del mahometismo, hace 1392 años.

Esta vez estamos ante un exterminio planificado, como lo fue el de los judíos por Hitler. 

Los leviatanes están destruyendo seres con 2000 años de historia en el caso de los cristianos, y bastantes más, pues se desconoce exactamente su origen, en el de los yazidíes.

Sólo en Irak están en peligro de aniquilación unos 750.000 cristianos, aunque con las huidas masivas del país serán ahora menos, y unos 500.000 yazidíes.

El pacifismo y buenismo occidentales protestan ahora por los tímidos bombardeos estadounidenses contra los combatientes del grupo de asesinos más numeroso del mundo actual, entre 30.000 y 100.000, advirtiendo piadosamente que entre ellos hay menores y mujeres que atienden sexualmente a esos héroes para envalentonarlos.

De nuestra voluntad de matar genocidas dependen 1.250.000 inocentes. “La paz es la guerra”, decía Gran Hermano. Paradójico.

Te puede interesar