Opinión

Los fugados

El Parlamento Europeo ha resuelto por notable mayoría de votos anular la inmunidad tras la que se amparaban los prófugos de la justicia española, Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí refugiados los dos primeros en Bélgica y la tercera en Escocia, tras huir del país por los sucesos de Barcelona va para cuatro años. Aquel golpe de Estado encubierto del que los tres fueron responsables se saldó con la puesta a disposición de los tribunales de un grupo de renegados a los que la autoridad judicial condenó a distintas penas que los reos han ido cumpliendo con aparente comodidad. Todos ellos están ya fuera de prisión, cumpliendo lo poco que les queda en la calle, trabajando, interviniendo en política y sin grandes quebrantos.

Esta decisión del Parlamento no implica naturalmente que los tres sean devueltos a España para enfrentarse a sus responsabilidades. Por desgracia, la providencia es potestad de las autoridades de los países en los que hoy habitan y por esta razón, las cosas se tornan difíciles. Las autoridades belgas nos odian cordialmente desde tiempos inmemoriales y nos ha tomado habitualmente por el pito del sereno, y Escocia ya no forma parte de la Unión Europea por decisión unilateral del electorado británico. Por tanto, y aunque el juez Llerana solicite oficialmente la repatriación de los fugados, no parece que los jueces escoceses y belgas estén por la labor de repatriarlos. El caso de Escocia podría entenderse algo más porque ya no está bajo las leyes comunitarias, pero el de Bélgica es tan absurdo como el propio país. Que un miembro fundador de la UE le deniegue a uno de los estados miembros la posibilidad de hacer justicia con aquellos de sus súbditos a los que tiene derecho a juzgar acusados de delitos muy graves, no entra en cabeza humana. Con los belgas, muy pocos de sus comportamientos entran en cabeza humana.

Pero por encima de estas reflexiones hay una que sobresale en un marasmo de paradojas, enigmas y contradicciones. ¿Quién paga en verdad la factura de los enormes gastos que ocasionan los fugados? Viviendas de lujo, desplazamientos, manutención, infraestructura, escolta, colaboradores, gabinetes de información y de abogados… ¿De dónde sale toda esta pasta?

A lo mejor, parte de esos gastos se sufragan con la mía, y yo aquí estoy preguntándome todo esto y poniendo cara de bobo.

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