Opinión

Juego de luces y espejos

Se ha creído siempre, pero ahora se nos dice que sólo es un efecto del complicado mecanismo de la memoria. Las cosas no son precisamente como se conciben. La mente juega con nosotros lo mismo que nosotros jugamos con un puzle.

La diferencia radica en que ella coge piezas de aquí y de allá y compone el suyo propio que después nos muestra como auténtico. Un puzle compuesto por piezas de experiencias ya pasadas o recientes que actualizan nuestros recuerdos.

Este es el resultado del trabajo realizado por el equipo de investigadores de la Universidad Northwestern, liderado por la doctora Donna Jo Bridge y publicado por el Journal of Neurosciencie. Así, por ejemplo, el amor a primera vista no existe tal y como pensamos que es. Según Bridge, es posible que en ese instante se sienta amor, alegría y exaltación emocional, pero lo cierto es que ese cúmulo de agitaciones son retazos de sensaciones ya vividas, algo que ayuda a enfrentar determinados problemas. Nuestra memoria, asegura la científica, viene siendo como un vídeo que edita cada escena experimentada creando así una historia que pueda acoplarse con el presente de cada cual. Es como un juego de luces y espejos que nos deslumbra y lo percibimos real.

El trabajo científico que nos ocupa, demuestra cómo el cerebro almacena continuamente todas las informaciones que recibe durante el tiempo de nuestra vida y en cada situación elige material de ese “guardamuebles”. Por lo que se puede deducir que cada vez que se cuenta un suceso del cual se es protagonista o simplemente testigo, cambie la narración. De ahí la pregunta: “¿pero no me dijiste el otro día que…?” En tal caso, la persona no mentiría, sino que el recuerdo habría cambiado en relación con otros hechos sucedidos, incluso con el ajetreo cotidiano. Únicamente si el relato es preparado de antemano, estudiado y memorizado, durante un tiempo no cambiará a la hora de ser narrado. Pero al correr de los días ya pueden entrar en él determinados desajustes, alteraciones y contradicciones que den al traste con lo expresado al principio.

Los autores del citado estudio aseguran que es imposible tener una memoria perfecta, ya que está diseñada para ayudarnos, y para ello ha de actualizarse de continuo. La ciencia muestra cada día el misterio que encerramos y la interrogación que somos. Pero, ¿para qué y de quién somos?

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