Opinión

Entre dos, mejor

Él lo agradece. Y él manda. Él es el que tiene la llave de la vida y el que responde de manera inequívoca a cualquier circunstancia. De ahí que se acelere o se pare sin avisar. Claro está que para ello, hay que andar por el camino, no sólo del amor, si no por el del cariño, la comprensión, y sobre todo, hay que recordarlo: el sacrificio y en muchos casos la renuncia a uno mismo. Si es así, se sentirá como acunado y responderá a los cuidados con una sonrisa de niño bueno.

Claro que ustedes preguntarán, ¿sacrificio y renuncia? ¿Quién puede ser feliz así? Pues ni más ni menos que el corazón, ese órgano vital, precioso y preciso, que anida en su pecho y que aprecia todo lo que se haga por él. Reloj maravilloso que marca el tiempo y que hay que tener presente. No fumar, no excederse en cuestiones que le afecten, y en algo que según la ciencia, puede reducir el riesgo de las enfermedades cardiovasculares, tan temidas y peligrosas: el matrimonio. ¿El matrimonio? Pues sí, no se extrañe. Así se deja ver en el resultado de un estudio realizado por un grupo de investigadores del Langone Medical Center de la Universidad de Nueva York, bajo la dirección del profesor de cardiología Jeffrey Berger, presentado en sesión científica en la American College of Cardiology.

El matrimonio, parece ser que bien llevado, no es tan malo como cómo hace suponer la leyenda negra. En resumen, el estudio tuvo como base una encuesta entre 3,5 millones de hombres y mujeres de edades comprendidas entre los veintiún y noventa y nueve años, en la que se analizó la relación directa entre la salud del corazón y el matrimonio, junto a demás exámenes físicos. O sea, que los más beneficiados y con menos riesgos de enfermedades cardiovasculares por lo visto, son los casados; los solteros y los divorciados están más expuestos a esos riesgos; y el grupo más perjudicado son los viudos a partir del fallecimiento de sus cónyuges. Al parecer, en ello incide la alimentación, al faltar los cuidados dispensados por la fallecida.

O sea, que las personas que están casadas, según los resultados obtenidos del experimento, se cuidan mutuamente tanto en las comidas como en la atención debida a las medicaciones prescritas por los médicos. Lo cual quiere esto decir que dos corazones latiendo al unísono, se fortalecen más y hasta puede que con música de la buena.

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