Cada comienzo de año, redes sociales y medios de comunicación anuncian sus vaticinios para este año recién estrenado. Es una tradición a la que nosotros también vamos a apuntarnos. Respecto a los servicios sanitarios nacionales vamos a apostar sobre seguro. Durante el 2024 seguiremos inmersos en una crisis que muchos venimos anunciando desde hace décadas, desde los colegios profesionales, desde las sociedades médicas, desde los sindicatos: el recambio generacional de médicos continúa en números rojos. Las jubilaciones previstas durante los próximos años y el déficit de especialistas pueden provocar colapsos asistenciales en muchos servicios. Ya lo estamos viviendo, por ejemplo, en los centros de salud y en los servicios de urgencias. Los gestores conocen bien este problema.
Al frente del Ministerio de Sanidad se encuentra una médico especialista. Una de sus misiones será coordinar a los responsables sanitarios de nuestras Comunidades Autónomas para conseguir una mayor cohesión e igualdad en los servicios sanitarios públicos. La pandemia de Covid-19 mostró descarnadamente las vergüenzas de un sistema que presumía de ser de los mejores del mundo. Es una urgencia solventar el déficit de especialistas que deja el MIR cada año en sus convocatorias. Respecto a la Medicina Familiar y Comunitaria, en 2022 quedaron vacantes 200 plazas. No fue mejor el 2023, con 202 vacantes no adjudicadas. Más concretamente, en Galicia, en 2023 quedaron sin cubrirse 39 plazas de médicos de familia, porque sus adjudicatarios decidieron finalmente no incorporarse a ellas y probar suerte de nuevo con otras opciones en el 2024. Lugo encabezó esta preocupante clasificación, con 20 plazas sin cubrir, seguida de Ourense con 14 y A Coruña con 5. Es nuestro deseo que esta tendencia cambie a mejor en el 2024.
Cambiando de tercio, los especialistas en predicciones destacan que durante 2024 el Covid-19 se podría convertir en una patología endémica, como la gripe y otras infecciones respiratorias que actualmente saturan los servicios asistenciales sanitarios. Era algo esperado, tal y cómo se fueron desarrollando los tiempos post-pandemia. Mal que nos pese, la Inteligencia Artificial (IA) continuará asombrándonos con sus avances en una estructura que cada vez tendrá menos profesionales para afrontar retos sanitarios tan difíciles como el envejecimiento poblacional y la cronicidad. Máquinas y robots nos ayudarán.
Por otra parte, debemos seguir preocupándonos la crisis de fertilidad, eso sí, avanzando para conseguir que más madres que lo deseen puedan serlo, pero sin conseguir revertir la preocupante pirámide poblacional de nuestra sociedad. No perdamos nunca la esperanza.
