Opinión

Dopamina

No eres tú, sino yo. No es el azúcar, la cafeína, el alcohol, la  cocaína, el porno, la comida basura, las redes sociales, los dispositivos electrónicos o el juego. Solo yo, la dopamina, un neurotransmisor que opera en los circuitos cerebrales de la felicidad, mejor dicho, de la sensación de felicidad. Sostiene Aloysius que la felicidad no existe, y yo le he recomendado que se lea “En defensa de la infelicidad”, de Alejandro Cencerrada, licenciado en Ciencias Físicas, experto en Estadística y analista de big data, el autor del estudio científico más largo jamás llevado a cabo sobre la felicidad del día a día. Pero éste sería un tema para otro día. 

Continuando con la dopamina, para algunos expertos los humanos estamos saturados de esta sustancia, inmersos en un mundo de estímulos empeñado en ofrecernos el placer inmediato. No queremos las cosas para hoy, sino para ayer. Ordeñando hasta la extenuación nuestra neuronas dopaminérgicas, esta sobredosis cotidiana sería la causa de que cada vez seamos más los que nos mostramos infelices e insatisfechos, cuando no sintomáticos de ansiedad y depresión. Y es que en la prestigiosa Universidad de Stanford (EEUU), la psiquiatra y especialista en adicciones Anna Lembke ha estudiado este fenómeno en primera persona. Su objeto de deseo era poco convencional: las novelas de amor y pasión. Esto me trae a la memoria otra de las supuestas adicciones modernas, la que mantiene a muchos pegados al televisor intrigados por el desenlace de las telenovelas turcas, como antaño lo hacían nuestras abuelas con los seriales radiofónicos o las novelas de Corín Tellado, o nuestros abuelos con las inefable novelas del Oeste de Marcial Lafuente Estefanía. Tampoco se debe banalizar con las adicciones, cuando hay tantos prójimos que las padecen. Y si no nos creen, échenle un vistazo a la epidemia generada en EEUU por el fentanilo. 

Para la doctora Lembke vivimos narcotizados por determinadas sustancias y prácticas que cada día nos generan más adicción, debido a la exposición constante a las novedades mediante la accesibilidad global de las cosas. En 2019, en el olimpo tecnológico de Silicon Valley, se puso de moda la dieta de ayuno de dopamina durante 4 semanas propuesta por esta psiquiatra. Su intención era promover la abstención de los estímulos provocadores de la descarga indiscriminada de dopamina. ¿Una nueva moda? Vayan ustedes a saber. Lo cierto es que el ayuno de dopamina permitiría reprogramar el circuito de la recompensa cerebral, con la finalidad de adquirir una mayor lucidez y controlar mejor nuestros patrones de consumo. Por si acaso, recomendamos que quien tenga un verdadero problema de adicción se ponga en manos de los profesionales para su ayuda. Cuanto antes mejor.

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