Opinión

Murciélagos

Aunque nunca le he preguntado al gran Jaime Noguerol quién es su superhéroe favorito, pienso que me remitirá a algún antihéroe de los cómics underground, o a otros personajes estilo estilo Makoki o Makinavaja. Yo me quedo con Batman, el hombre murciélago. Y de sus versiones cinematográficas, con “El caballero oscuro” (2008) de Christopher Nolan. Y eso que los murciélagos o quirópteros tienen muy mala prensa, desde que se les implicó como posibles vectores de transmisión de la pandemia de Covid-19, ocasionada por el coronavirus SARS-CoV-2. Drácula, príncipe de las tinieblas y monarca de los vampiros, se transfiguraba en un murciélago para desplazarse de yugular en yugular. Murciélagos aparecen en los escudos de diversos ayuntamientos de la Comunidad Valenciana. Allí son conocidos como rata penà, es decir, rata con alas. Un murciélago expande sus alas en el popular anagrama del Ron Bacardí. Esos mamíferos han tenido mala reputación, hasta que el rey Jaime I El Conquistador decidió rendirles honores, pues cuenta la leyenda que una bandada de murciélagos despertó una noche al monarca y a sus tropas, cuando iban ser atacados por sorpresa por los musulmanes durante el sitio de Valencia. Historias de la Reconquista.

Cierto o no, estamos ante los únicos mamíferos alados, que además disponen de un extraordinario sistema de ultrasonidos de alta frecuencia para desplazarse y encontrar alimento en la oscuridad. Por si fuera poco, desempeñan un importante papel en el equilibrio medioambiental y en la conservación de la salud de los humanos, al ser eficientes plaguicidas naturales. Se estima que cada ejemplar es capaz de ingerir entre 2000 y 3000 insectos cada noche, dato a considerar cuando los mosquitos están proliferando en nuestros ecosistemas, tanto como especies importadas, contagiando enfermedades hasta ahora insignificantes en España, como por el preocupante incremento de su resistencia a los plaguicidas más habituales. Los murciélagos están en contacto constante con insectos, parásitos, bacterias, hongos y virus, pero rara vez se enferman gracias a su poderoso sistema inmunológico. 

Recientemente un equipo de científicos del Laboratorio Cold Spring Harbor (EEUU) ha estudiado las adaptaciones genéticas evolutivas de los murciélagos, descubriendo con asombro su singular capacidad para evitar contagiarse con virus letales o incluso padecer cáncer. Estos hallazgos podrían abrir futuras puertas al descubrimiento de innovadores tratamientos inmunológicos para los humanos, e incluso para prevenir nuevas pandemias. Comparando los genes de los murciélagos con los de los humanos, ratones y otras especies de mamíferos, desvelaron importantes cambios en las secuencias codificadoras de las proteínas, responsables de causar o prevenir algunas enfermedades. Cambios sutiles en las secuencias del ADN en determinados genes compartidos por hombres, ratones y murciélagos, procedentes de un lejano antepasado común en el árbol evolutivo, podrían justificar como estas ratas voladoras fueron adquiriendo su capacidad innata para no contraer enfermedades infecciosas ni desarrollar cáncer. 

Los cambios más relevantes se produjeron en los genes del interferón tipo 1 (IFN), muy importante en el control de la respuesta inflamatoria en las infecciones.

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