Opinión

Plástico

Cuando lean estas líneas, algunos de nosotros nos habremos comido las típicas tópicas 12 uvas en los últimos instantes del 2023. Pero este año serán uvas de plástico. ¿No me creen?. Vamos a intentar explicarlo de otra manera. 

Cada semana, nos comemos y bebemos unos 5 gramos de plástico, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito. Estas micropartículas no biodegradables son el resultado de la degradación de 8 millones de residuos plásticos que van a parar cada año al mar. En sus formas más diminutas, milimétricas, los microplásticos hace tiempo que se han introducido en nuestra cadena alimentaria. Y lo malo es que pueden permanecer en nuestro medio ambiente durante varios siglos. Incluso pueden alcanzar la atmósfera terrestre, depositándose en el suelo. Al respecto, un estudio español ha desvelado que cada día se depositan sobre nuestra superficie entre 5.6 y 78.6 microplásticos por metro cuadrado. Ahí es nada. 

Por si fuera poco, otro estudio de la Universidad de Medicina de Viena nos alerta de que los humanos estamos metiendo en nuestro cuerpo mucho más plástico del que nos imaginamos, en los alimentos que comemos y en las bebidas que tomamos. 

Estas investigaciones han corroborado que las micropartículas que penetran en nuestro organismo están relacionadas con un mayor riesgo de padecer ciertas enfermedades metabólicas, como por ejemplo diabetes y obesidad. También con la hepatitis. E incluso con el cáncer, pues nuestro sistema inmune reacciona contra estas sustancias tóxicas desarrollando una respuesta inflamatoria que en ocasiones se encuentra en la génesis de determinados tumores. 

Los nanoplásticos, y más concretamente tereftalato de poliestireno (PET) y policarbonatos (PC), están implicados en procesos bioquímicos que pueden transformar células normales en cancerígenas. Todo este escenario se complica cuando el intestino receptor de estos residuos no conserva su integridad natural, como ocurre con los pacientes afectados por enfermedades crónicas. 

Pero, ¿cómo es todo esto posible? ¿Y qué ocurre en los niños? En 2021, un estudio de la Universidad de Nueva York reveló que los bebés tienen 15 veces más microplásticos en su cuerpo que los adultos. Profusamente empleados en industria cosmética, productos de lavado, biotecnología, en las cápsulas de los medicamentos y en los envases de las bebidas, se calcula que si cada día tomamos entre 1.5 y 2 litros de agua envasada en botellas de plástico, estaremos ingiriendo unos 90000 nanoplásticos cada año, una cifra que quedaría reducida a la mitad si consumimos agua del grifo, o en envases de cristal. Feliz Plástico Año Nuevo.

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