Opinión

Vuelve el milagro europeo

A toro pasado, que es como se valora con mayor nitidez las cosas, la crisis económica de estos años ha dejado un saldo que supera con creces la cuestión monetaria. La economía ha saltado por los aires, es cierto, pero la cifra realmente mareante no es el dinero perdido, esfumado y fundido, antes bien, las verdaderas magnitudes a analizar con detenimiento son las del coste humano. Esta gran debacle de Occidente, en la que se han visto envueltos Estados Unidos y Europa, ha tenido un precio descomunal, una tragedia humanitaria que no siempre se ha reflejado con fidelidad en los medios. Se trata de la cantidad ingente de personas que, en un sistema que propugnaba la protección social, se han quedado al aire con los pantalones bajados. Una numerosa población que se ha visto privada de techo, de trabajo —sólo en España, en el 2014, casi dos millones de hogares tenían a todos sus integrantes en el paro—; niños excluidos del comedor escolar, comedores sociales que no han dado abasto... en definitiva, una drama sin precedentes e inimaginable en una Unión Europea cuyo norte, por encima del mercado, ha sido siempre el bienestar de los pueblos.

La Comunidad de los ciudadanos ha estado al borde del abismo, sorteando con los recursos del Banco Central Europeo la caída en barrena sus estados miembros, conscientes de la imposibilidad de que reine la justicia y la igualdad sobre un lecho de pobreza.

Esta es la consigna que ha llevado a las mayores instancias comunitarias a analizar con detalle los puntos más débiles de su economía, concluyendo que la mejor manera de garantizar la estabilidad es apoyando a la pequeña y mediana empresa. Con una presencia que ronda el 85% del tejido industrial, su diversidad y fortalecimiento asegurarán en el futuro, no sólo una mejor solidez ante otra hipotética recesión, sino también una economía sostenible que respalde el viejo sueño de Robert Schuman de una Europa de los ciudadanos.

La Comisión y el Parlamento europeos, utilizando como Instrumento el Banco Europeo de Inversiones (BEI), entidad financiera en la que participan todos los Estados miembros de la U.E., pone en valor el portal Europeo de Proyectos de Inversiones y el Centro de Asesoramiento del BEI con su plan de inversiones para Europa. La comisión Junker ha comprendido que la sostenibilidad del sistema se basa en el desarrollo y el empleo, para lo que se hace imprescindible la financianción. 21.000 millones de euros constituye el montante destinado a respaldar a las Pymes a los largo del bienio hasta el 2018, con el fin de estimular la inversión privada, alcanzando hasta los 315.000 millones de euros destinados a infraestructura y Pymes.

Este Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas garantizado por Europa mediante el BEI, se canalizará a través de Bancos, Ico, y otras entidades financieras u organismos, como en el caso de la Xunta, con el Igape.

Por estas fechas Europe Direct organiza a lo largo del todas las Comunidades Autónomas un seminario de la Comisión Europea en España en colaboración con el BEI, para informar a los agentes interesados con el mensaje claro de Europa extingue el subvencionismo, entendido como un escollo a la competitividad y el progreso, fomentando la iniciativa empresarial con un nuevo macroproyecto de financiación a un interés simbólico que estimule el crecimiento de pequeñas y medianas empresas que procuren el bienestar de la ciudadanía de la Eurozona.ww+

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