Opinión

El difícil arte 
de estar callado

Debería de existir una escuela que enseñase el difícil arte de estar callado.

Ya sé que existen contestaciones felices. Y también sé que tanto el hombre como la mujer, se expresan por el mero placer de hablar: "Que si el buen tiempo". "El tiempo que hizo ayer". "La temperatura de esta mañana". "La temperatura de hoy por la tarde". "El aire fresco de esta noche". "El calor sofocante de esta noche", etc. No son frases para demostrar que el termómetro es un instrumento de primera necesidad como el reloj, pongamos por caso.

La conversación es el deporte de interrumpirse mutuamente, y ya no hablo de los debates de la mayoría de las cadenas de televisión. Inconveniente pequeño cuando el debate, la conversación, son una gimnasia pulmonar, pero fatal cuando se tiene interés en saber algo.

Y pido perdón por lo que a continuación voy a decir: 

Si queréis informes sobre el señor x o la señora w, evitad que una mujer asista a vuestro coloquio.

Por ejemplo: Queréis tener informes sobre el señor x. La persona que interrumpe, lo hará, más o menos de esta manera:

-Ah, sí, el señor Del Pino, me lo encontré este verano en Santa Pola.

Y entonces ya no sabréis más sobre el señor x, porque la conversación se derivará hacia Santa Pola.

Conclusión: Si tienes interés en saber algo de alguien, ve a comer con él, pero a solas. Y si vas al médico, que te acompañe tu mujer, ella tiene la manía de decirle al médico lo que tienes, cómo te encuentras, por qué estás así, y que un malestar como el tuyo también lo había tenido un tío suyo.

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