Me encanta la empanada. Ya sea de bacalao, de atún, de carne, pollo… Me gusta de todas maneras.
Hace unos días, en un restaurante, pedí una ración de empanada. Y dentro, además de todo aquello que se suele poner en las empanadas, encontré una hoja de calendario. Llamé al camarero y protesté del encuentro.
El camarero me dio todo tipo de explicaciones, inventadas, por supuesto. Yo le dejé que hablase y cuando consideré que ya no sabía que disculpas darme, le interrumpí:
- Vamos a ver, la empanada es una manjar compuesto de viandas encerradas en masa de pan. ¿De acuerdo?
- Tiene usted toda la razón.
- Gracias. Pues, es esta ración, como usted podrá comprobar, hay una hoja de calendario y es del 16 de abril pasado y hoy estamos a 25, o sea, que han pasado varios días, y es eso lo que me preocupa.
La mentira del camarero quedó automáticamente cortada.
Y es que, la mentira, como en este caso, nos es más que una verdad que se ha equivocado de fecha.
Tal vez, si en vez de una hoja de calendario en una ración de empanada, encontrase un insecto en una ensalada, podría pensar que es un inspector enviado por el campo para ver si comemos o no con apetito.
Volviendo al tema de la empanada, ¿qué me dicen de la de pulpo?
Hay quien piensa que el pulpo es el bufón del mar.
