Opinión

TORTÍCOLIS

Tortícolis -cuello torcido- casi siempre la produce un fantasma que nos da un garrotazo por la noche.


Es una huelga de músculos cerviacales que se niegan a cumplir con su obligación, porque piensan que ¡para lo que hay que ver...!


Mucha gente, al contemplar a uno aquejado de tortícolis enseguida dice que le 'le ha dado un aire'.


En esos casos lo mejor es avisar inmediatamente al observatorio meteorológico para que, expertos en la materia, acudan con presteza para llevarse al causante del torcimiento.


Hay tortícolis que se ven y otras invisibles, estas últimas son las más peligrosas, porque son tortícolis cerebrales.


Hay a veces tortícolis tan agudas que llegan a afectar a las corbatas.


También tenemos las tortícolis de mirador de visillos apartados con disimulo. Es la enfermedad de la viuda de aldea.


En cambio, existe una tortícolis alegre, la de la flamenca que en un desplante de farruca se quedó así.


Y no confundir tortícolis con tor-nillo; no, tor-nillo es clavo peinado con raya al medio. Otro asunto que me da que pensar es, ¿por qué los hombres cuando sólo se trata de reír buscamos la compañía de otros hombres, y en cambio, las mujeres, cuando solo se trata de llorar, buscan la compañía de otras mujeres? Bueno, también hay ocasiones en que los hombres y las mujeres se buscan mutuamente.

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