Opinión

No puede pasar

Tiene doble nacionalidad porque es nieto de vasco y asturiana, y lleva casi dos años en España, donde afortunadamente ha podido encontrar trabajo porque estudió en una universidad de Estados Unidos –lo que era habitual entre los venezolanos con medios económicos- y contaba con importantes contactos internacionales en el mundo empresarial.

Salió de Caracas con urgencia cuando le advirtieron que le consideraban un traidor a la patria. Palabras mayores, aunque su “traición” consistía en que no ocultaba su animadversión hacia el régimen chavista, denunciaba la falta de libertades y apoyaba las macromanifestaciones contra Maduro. Nunca participó en una reunión conspiratoria y jamás tuvo un arma aunque era y es habitual en Venezuela, pero en su círculo profesional y familiar se hablaba abiertamente de que la situación era insostenible y, con precauciones porque el ejército y la policía de Maduro disparaba a discreción, participó en alguna de esas manifestaciones de protesta.

Hoy, en Madrid, mientras cuenta su vida a la periodista, explica que muchos de sus amigos –entre ellos Leopoldo López- se encuentran en prisión. Simplemente por expresar su rechazo al chavismo y pretender el relevo de Maduro a través de unas elecciones limpias, controladas por observadores internacionales.

“Cuando nos decían que el populismo avanzaba en Latinoamérica respondíamos siempre que eso ocurría en otros países, no en Venezuela, con su nivel de preparación y su riqueza, un país con una clase media importante, formada y muy culta, con dirigentes empresariales prestigiosos, con personalidades culturales de proyección internacional. ¿Qué había corrupción política? Sí, no puede negarse, como la hay en otros países y como la hay ahora, ni Chávez ni Maduro pueden dar lecciones de honradez. Y también es cierto que había miseria, con una clase muy desfavorecida económicamente frente a grandes riquezas que provocaban incluso escándalo. Pero también la hay ahora. El chavismo no ha mejorado la situación de los más pobres. Y además se ha llevado por delante a la clase media, la gran perjudicada por el populismo. Malvive, no dispone de medios para sacar adelante a su familia y en estos momentos carece de los alimentos, medicinas y enseres más elementales. Por no hablar de la falta de libertad y del cierre de medios de comunicación críticos con el régimen, la persecución a quienes se pronuncian contra el gobierno, la persecución a las familias que no respaldan el chavismo… “

“Jamás, jamás, pensamos que nos podía ocurrir algo así –añade-. Ahora, cuando escucho aquí, en España, que el populismo no puede ganar, que somos Europa, que hay sentido de responsabilidad, que ese tipo de opciones son para otros modelos de país, me pongo a temblar. Es exactamente lo que pensábamos nosotros, y ya ves. Nunca pensé que pudieran gobernar personajes como Chávez o Maduro, que nadie podía tomar en serio sus promesas demagógicas… Cuidado con creer que esto no puede pasar en España. También Venezuela era un país estable, potente, rico y con importantes apoyos internacionales.”

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