Opinión

Almas del Purgatorio

En este mes, que es de las ánimas, se quiere que los rezos lleguen al purgatorio. Las almas benditas padecen en llamas de fuego, mientras aguardan el consuelo celestial y que los devotos las saquen para aliviar el espíritu. En la plegaria hay salves, misas, rosarios y sacrificios; pero con todo y con eso se distingue lo que suena hablando del beneficio de las concesiones en condonación de deuda con el Estado y los favorecidos por la ley que se quiere aplicar como amnistía general. La obra que se nos viene representando estaba falta de legitimidad sobrenatural, esa que se dimensiona desde El Vaticano para almas terrenales. El elenco de actores no estaba completo, de ahí que el pastor universal de la Iglesia haya aparecido en escena con papel de colaboración especial, y estas apariciones, tanto en teatro, en cine o en televisión, pueden dar lugar a un protagonista, a un secundario o hasta pueden crear un personaje de reparto. Y llegó, esperando el juicio final, vestido de blanco, símbolo de la pureza, la perfección, la luz y lo eterno. 

El papa es el encargado de guiar a los católicos en su fe y promover la paz y la justicia en el mundo; pero no todos se hacen cargo de que rige en él la función de representar a la Iglesia en asuntos internacionales. Y también con esa misión debemos mirarle, delicado de salud, recibiendo este lunes a Pere Aragonés, el primer presidente de ERC, votado por el Parlamento, desde Lluís Companys y el séptimo desde la restauración de la autonomía catalana.

La biblioteca del Palacio Apostólico calla el diálogo del impulsor de la campaña con eslogan “España nos roba” y se queda con el saber escuchar del Pontífice Francisco. El hombre de blanco había concedido la entrevista dentro del programa de la celebración del 2025 como milenario del monasterio benedictino de la Abadía de Santa María de Montserrat y también por la culminación de las obras en la Sagrada Familia de Barcelona, supuestamente calculadas para que sea en 2026, centenario del fallecimiento del arquitecto Antonio Gaudí. Las concurrencias pocas veces lo son como viene demostrando el vivir, que evidencia lo importante de adueñarse del discurso y ponerlo al alcance de cualquiera. El oportunismo siempre lo es porque alguien lo aprovecha y el Catecismo de la Iglesia Católica señala que el Purgatorio es una “purificación final” que deben atravesar para llegar al Cielo todos aquellos “que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación”.

No sé si es acertado, pero le invito a mirar alrededor sin sufrir mareo. Blandir la bandera del héroe de la causa soberanista, propagar que las bases bendicen las alianzas, arroparse en el expolio fiscal del Estado sobre Cataluña, cambiar la Historia de una comunidad autónoma para justificar su reivindicación actual y hacer otro futuro no estimulan a que haya que seguir confiando en todo el mundo. El papa, como líder espiritual de la Iglesia Católica, está bien que lo pregone porque debe hacer llegar a la humanidad su antídoto de fumata blanca, en congruencia con su personal manera de distinguirse en el vestir. Ese remedio es cura religiosa para el que emite el mensaje de dialogar entre diferentes; pero tanto hablar nos lleva al recuerdo de que la fe si no está acompañada por obras puras no es sincera y, por tanto, no lleva a la salvación. A medio camino queda siempre el purgatorio, a la espera de algún devoto.

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