Opinión

Catalonia is not Spain

Este es el grito de guerra que los independentistas catalanes exhiben con pancartas en todos los campos de fútbol y manifestaciones multitudinarias y supongo que lo harán con más entusiasmo a medida que se acerquen las elecciones del próximo día 27. Lo hacen en inglés, mira tú, y tal vez por ahí podrían venir las primeras señales de un posible entendimiento, así terminaríamos con los conflictos lingüísticos, imposiciones de idioma, ya no habría problemas con los rótulos de los establecimientos, todos en inglés, tal vez más adelante, en chino y listo, y además nos culturizamos. Ya no va más.

Por otro lado, y viendo la vocación expansionista que manifiestan los líderes catalanes, (así comienzan los imperios) tratando de anexionarse el reino de Valencia, las islas Baleares, la Cataluña francesa, después vendría Aragón y, ya se sabe, comer y rascar, todo mal es empezar, seguiríamos por Castilla y León, La Rioja, etc. es más, podríamos llegar hasta Portugal, por qué no, de esta forma, todos felices. Sería algo así como un cambio de nombre, simplemente, y en inglés, Catalonia is Spain-Iberian, y viceversa.

Todos contentos. No me digan que no es una solución, si al final, todo es una ficción, por no decir una mentira, porque si tienes dinero, cualquier país te da la nacionalidad. Es un poco como el cambio de la hora que hacemos todos los años para engañar al sol. En el mundo capitalista que habitamos, solo hay una independencia posible, la económica. Si llevamos saldo en la tarjeta de crédito, nos da igual estar en Barcelona, París, o Pekín. Si nos sale denegada, estaremos perdidos en cualquiera de estos sitios, por muy nacionalista catalán, francés, o chino, que seas respectivamente.

Lo del nacionalismo estaba muy bien cuando las ciudades-estado medievales estaban amuralladas y se cerraban sus puertas por las noches, o en aquellos países, ya quedan pocos, donde no existe la propiedad privada, al menos en teoría, y el estado corre con todos los servicios y por lo tanto no existe la tarjetita de marras, pero en los otros, tararí que te vi. Afortunadamente en Galicia hace tiempo que lo entendemos, no porque los gallegos seamos más listos, o sí, pudiera ser tal vez, porque tengamos más vocación universal, cuando incluso no había aviones, y el mundo se nos antoja pequeño.

La economía, por suerte o por desgracia, está por encima de todas estas historias. El problema está en que los que llevan la voz cantante en estos temas, no tienen que preocuparse de si pueden o no pagar la luz, el alquiler del piso, o el colegio de sus niños, todos, sin excepción, y gracias a nuestras leyes, cobran religiosamente y puntualmente sus gruesos salarios, van sobrados, como se suele decir. Este es el problema, los demás, los de las banderas, los de las pancartas, los de los gritos, los de las cadenas humanas que tal vez, estos sí, en muchos casos, estén pensando de donde sacar el dinero para pagar la hipoteca o la luz con su sueldo base, con su exigua pensión o con el subsidio del paro, son las imprescindibles comparsas que todo movimiento político necesita y alimenta.

El Sr. Mas, aparte de pertenecer a esa clase privilegiada que nunca ha sabido lo que se siente cuando no se tienen recursos, puede estar durmiendo tranquilo en su casa porque la propiedad de la misma está protegida por el ordenamiento jurídico del Estado español que tanto odia, mediante el registro de la propiedad, y si le entra un okupa que no respeta esa ley, puede llamar a la policía para que lo desaloje. Viajar con su coche por las carreteras porque los ciudadanos que circulan con él respetan los semáforos según nuestro código de circulación.

Trabajar en su despacho y cobrar puntualmente su sueldazo, gracias a nuestras leyes que la inmensa mayoría de los ciudadanos respetamos, pero él dice que unas leyes sí, pero que otras no. ¡Vaya! Sr Mas, cuando no hay Ley, está el vacío, hay miedo, la gente huye, lo estamos viendo estos días. Cuando no hay Ley, hay Siria, Libia, Iraq, Estado Islámico, Boko Haram, pateras, alambradas, muerte, muerte, muerte, y no se pueden celebrar elecciones ni nada, porque cuando no hay Ley, los malos imponen la suya, y nos bombardean, tío.

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