Opinión

¿De quién depende la fiscalía?

Pues eso, contestaba tranquila, despectiva y descaradamente nuestro presidente en funciones, y qué funciones, ¡! Mon Dieu¡¡ ¡!Por los clavos de Cristo¡¡ Pedro Sánchez, en aquella famosa entrevista.

Pero parece ser que en Portugal no está tan clara esa dependencia, cuando la policía puede registrar a fondo la Moncloa portuguesa y provocar la dimisión de su primer ministro, cosa que no se nos ocurre pensar, ni por un momento, que se podría producir en nuestro país. 

Llevamos bastantes años recibiendo lecciones de nuestros vecinos portugueses en cuanto a la forma de crear país y eso se refleja en los resultados. No sé las cifras de crecimiento de ambos países para hacer una comparación, creo que no será muy difícil encontrarlas y examinarlas con detalle y, como pasa siempre, los unos dirán que estamos mejor en esto y en aquello, y los otros dirán que no, que estamos mejor en esto y en lo de más allá, como pasa siempre, igual que en las manifestaciones políticas, buscando la fórmulas que más convengan.

Pero hay un detalle revelador y muy cercano que nos puede servir de ejemplo de cómo han ido evolucionado las cosas. Dos poblaciones fronterizas y antes similares : Verín y Chaves. Pasé hace poco por esa zona del valle del Támega que comparten y recordando los años ochenta del pasado siglo, en los que yo andaba por Verín con lo de Verincar, valga le redundancia, he podido observar la gran diferencia que existe en el crecimiento de ambas poblaciones y sus zonas de influencia durante estos cuarenta años.

Ya digo, sin examinarlo a fondo, cosa que no debiera ser muy complicada si recurrimos a los registros oficiales de ambas demarcaciones, la diferencia entre ambas zonas en estos cuarenta años es abismal. El paisaje desde la carretera en la zona de Verín apenas ha cambiado, (en Pazos, concretamente, he visto que todo sigue igual). Por el contrario, el panorama que observamos al otro lado de la frontera es totalmente distinto; da la sensación de que se ha duplicado su población. Insisto en la superficialidad de la afirmación, supongo que será fácil cuantificarlo correctamente acudiendo a sus correspondientes organismos oficiales.

Esto quiere decir que unos países se hacen habitables y prósperos, avanzan adecuadamente, cómo diríamos en el colegio, otros se mantienen más o menos y gracias a todos los dioses del Olimpo y vecinos, tal como están las cosas, y otros retroceden, simplemente, en función de cómo lleven el timón los que se han encaramando, algunos aunque tengan que cargarse y ciscarse en sus muertos, vivos y principios, al puente de mando de este barco en el que navegamos todos.

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