Los avances tecnológicos que comienzan experimentándose en actividades punteras se acaban trasladando a la vida cotidiana. Ocurre con la investigación astronáutica o, más modestamente, con los coches de serie equipados cada vez con mayores adelantos para garantizar la seguridad de sus ocupantes. A Ford se le ha ocurrido que pueden llevar su invento para impedir que los coches cambien de carril sin la voluntad del conductor a las camas. Lo que en principio puede ser un buen invento que evitará la pelea por mantener el espacio privativo de la cama cuando es verano y el contacto físico aumenta la sudoración, tiene el efecto secundario de que en otras estaciones el contacto humano se vuelve gratificante y apetece el calor del pecho ajeno. Además en una época de invierno demográfico en lugar de implantar medidas de alejamiento físico es preciso favorecer todo lo contrario. Es de suponer que el colchón tendrá un botón para desactivar la función de cambio de carril.
