Con la política exterior no se juega, porque debe de ser una política de Estado que dirige el Gobierno pero con la aquiescencia de la oposición, como la política de defensa o como debiera haber sido y ahora es la lucha antiterrorista. Pero la política tiene también un componente humano. José Luis Rodríguez Zapatero, en compañía de quien fue su canciller, ha viajado a Cuba y se ha entrevistado con el presidente del lugar, el mismo que hace unos meses tuvo al actual ministro de Exteriores esperando la llamada para mantener una reunión que no se produjo. Al ministro García-Margallo no le ha convencido la explicación de ZP de que su visita suma y le viene bien a España: parece como si le hubiera dado un humano ataque de celos.
