Un millonario chino paga las vacaciones en España a 2.500 de sus empleados y la iniciativa le va a costar siete millones de euros porque vienen con todos los gastos pagados menos, lógicamente, lo que adquieran por su cuenta en las visitas programadas a los grandes almacenes por excelencia y a algún otro centro comercial de relumbrón de Madrid y Barcelona donde van a pasar una semana. El magnate Li Jinyuan eligió España por la historia, la cultura, la magnífica diversidad geográfica y gastronómica. Pero lo mismo podría predicarse de China si algún magnate español de los del Ibex 35 o del Mercado Continuo decidiera agasajar a sus empleados. A lo mejor cunde el ejemplo y el empresario chino acaba de patentar una nueva forma de relaciones laborales.
