Opinión

Houston, tenemos un problema.

El Supremo ha condenado la emisión por televisión de imágenes grabadas con cámara oculta. Se abre un debate, que se adivina tenso. La sentencia se las trae, porque generaliza, y sin embargo hay ocasiones en que la cámara oculta desvela asuntos que son de interés general. Grabar a un personaje público haciendo lo contrario de lo que predica es, por ejemplo, un asunto que debería ser legal. Entrar a saco en la intimidad en cambio debería ser delito.



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