Opinión

Rídiculo

Recuerden lo que decía el presidente de la Generalitat en el exilio de verdad y el primero en la democracia recuperada, Josep Tarradellas: en política se puede hacer cualquier cosa menos el ridículo. No ha tenido suerte con sus sucesores que se han dado a esa actitud. Jordi Pujol ha hecho el ridículo en su faceta de padre de la patria depredador de fondos públicos; Artur Mas porque fue depuesto de sus elecciones recién ganadas por los antisistemas de la CUP a los que ofreció su cabeza que estos guillotinaron-políticamente- con fruición. Por último, Carles Puigdemont  ha roto el molde y ya se han dado cuenta hasta en Bruselas.  Para los belgas, Puigdemont ha comenzado a ser una pesadilla y la BBC se burla de las peripecias de sus idas y venidas con el calificativo de Puigdemont Go, como remedo del Pokemon Go. Y nadie se ha creído que en España no fuera a tener un juicio con todas las garantías. Más bien creen que al ridículo de su huida ha sumado la cobardía.  

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