El independentismo, el nacionalismo, el regionalismo, el provincianismo y el localismo, todo ello resumido en un paletismo ramplón, tiene su máxima expresión cuando los responsables políticos que se precian de representar a cada una de esas categorías adopta medidas que lejos de beneficiar a sus ciudadanos les perjudican gravemente. Un síntoma: solo cinco comunidades autónomas están interconectadas para que las recetas electrónicas se puedan dispensar en cada una de ellas. La implantación de esta buena iniciativa, con siete añitos ya, lleva a preguntarse para qué sirve tanta palabrería sobre identidades si luego son incapaces de alcanzar un acuerdo para que sus ciudadanos no sean de segunda en según qué partes.
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