Desde Pedro Sánchez sabemos que la nación es “un sentimiento”, entre otras cosas. Y no va desencaminado. Nación es un término discutido, porque hay tantas definiciones de él como teóricos que se meten en el berenjenal. Y una nación a veces se forja en contraposición a otras. No nos quieren los españoles y por eso nos vamos, dicen los independentistas catalanes. Pero para revertir ese sentimiento, en el caso de que fuera cierto o mayoritario, algo también tendrían que poner de su parte, si de cariño se trata. Desde luego no contribuye a aumentar el aprecio mutuo la actitud de la televisión pública catalana en contra del Real Madrid en la final de la Champions, que también les debe parecer más que un club, que encarna sentimientos opuestos a los suyos. La envidia es uno de los peores sentimientos y además el que suele decirse que mejor identifica a los españoles. Catalanes incluidos, como se ve.
